El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, exhibió toda su elocuencia en su denuncia de los bombardeos israelíes a Gaza. Si en el 2014 acusó a Israel de practicar el “terrorismo de Estado”, en esta ocasión precisó: “Nunca hemos aprobado las atrocidades cometidas por Israel y su estilo de actuar como una organización en lugar de un Estado, y nunca lo haremos”. 

“Todo Occidente considera a Hamás una organización terrorista. Desde aquí lo digo: Israel, tú puedes serlo; Occidente tiene muchas deudas contigo. Pero Turquía no tiene deudas contigo. Hamás no es una organización terrorista; es un grupo de luchadores por la liberación, que lucha por proteger su tierra y a sus ciudadanos”, dijo Erdogan en el Parlamento. 

“Casi la mitad de los muertos (…) son niños. Esto por sí solo representa una atrocidad cuyo propósito es cometer directamente crímenes contra la humanidad”, dijo Erdogan. “Los ataques de Israel contra Gaza son una situación que atestigua tanto el asesinato como un estado de enfermedad mental, tanto para quienes los llevan a cabo como para quienes los apoyan”, dijo, y pidió “presionar al gobierno de Netanyahu para que el Estado de Israel tenga sentido común”. 

“No tenemos ningún problema con el Estado de Israel”, señaló de todas formas. En principio es cierto, pero desde hace poco tiempo. Turquía e Israel restablecieron relaciones diplomáticas en el 2022 a pesar de los vínculos de Israel con Grecia y Chipre. Con anterioridad, las rela­cio­nes han sido difíciles, en particular a raíz del abordaje israelí a la flotilla que intentaba romper el bloqueo de Gaza en el 2010, con la muerte de nueve ciudadanos turcos. Israel siempre ha mirado a Turquía con recelo por su respaldo, cuando menos moral, a Hamás, mientras que, de otro lado, la rivalidad turca con Irán era un factor a favor. 

Erdogan habló sobre su primera y única reunión con el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, en Nueva York en septiembre, durante la Asamblea General de la ONU, y dijo que ahora planeaba visitar Israel. “Le estreché la mano solo una vez –afirmó–. Tenía buenas intenciones. Si continuaran con buenas intenciones, tendríamos mejores relaciones, pero lamentable­men­te abusaron de nuestra buena voluntad. Teníamos el proyecto de ir a Israel y lo hemos cancelado”. 

El jefe del Estado turco pidió un “alto el fuego inmediato”, así como la apertura urgente de un “pasillo humanitario” para los heridos en Gaza. También el envío de ayuda humanitaria, ya que el número de camiones que han cruzado el paso de Rafah supone “una gota en el desierto que no significa nada”. Turquía ha enviado hasta ahora ocho aviones a Egipto con ayuda humanitaria para Gaza. Al tiempo que proponía una conferencia internacional y una alianza de Turquía con otros países islámicos (su ministro de Exteriores se reunía ayer, por cierto, con su homólogo qatarí en Doha), afirmó, críticamente, que “estamos dispuestos a ser uno de los garantes para el lado palestino con nuestra presencia humana, política y militar”. 

(Vanguardia)