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La escena es conocida en el mundo de las pequeñas desgracias cotidianas: tienes un apetitoso pedazo de comida en la mano y, mientras salivas con ferocidad canina, te lo acercas a la boca presto a saborearlo y… ¡zas! Se cae al suelo.

 

Entonces una mezcla de sabiduría popular y gula frustrada se ponen en marcha. Si lo coges antes de cinco segundos, seguirá siendo comestible; si no, será pasto del cubo de la basura. Y al suelo te lanzas al rescate.Si no eres demasiado hipocondríaco, lo habrás hecho alguna vez. ¿Pero es verdadera esta «regla»? ¿El alimento sigue en óptimas condiciones para consumirse?.

 

Un experimento llevado a cabo por la BBC hace un par de años junto al doctor Ronald Cutler, médico especialista del hospital universitario Queen Mary de London y autor de un estudio al respecto, mostró que tal regla no funciona.

En el experimento se arrojaron un trozo de pizza en una cocina, un trozo de manzana en la calle y una tostada en un suelo de una oficina. Todos estos apetitosos alimentos se recogieron en menos de cinco segundos del suelo. Experimento pero, una vez llevados debajo de un microscopio del laboratorio, quedó patente que siglos de rápidos reflejos para recoger comida del suelo habían sido desaprovechados: todos los trozos contenían importantes cantidades de bacterias que hacían que la comida no fuese segura para consumirse.

 

Esta investigación mostró que la cantidad de bacterias que se pegaban en 30 segundos en el suelo era mucho mayor que la de los alimentos que se recogían inmediatamente.Anthony Hilton, el profesor de microbiología que se encargó de coordinar este experimento de sus alumnos, aclara:»El consumo de alimentos caídos al suelo siempre tiene un riesgo de infección, que depende en gran medida de la cantidad de bacterias presentes en el suelo en el momento que cayeron», concluyó la investigación.

 

(BBC)