Esta semana en Entre Líneas la comunicadora e investigadora Naile Manjarrés sigue el hilo de programas de contraste y análisis sobre los distintos procesos electorales previstos para este 2024 en el mundo, procesos que – al celebrarse o evitarse –  ya amenazan con modificar la correlación de fuerzas en la arena internacional.

Medios en campaña mundial

Ante los comicios que ya comenzaron a celebrarse en más de 70 países también se revisa la labor de los principales actores políticos de hoy: los medios de comunicación locales e internacionales. La plantilla de comunicadores, diseñadores, editores y respectivos analistas contratados están haciendo su tarea, casi todos bajo la misma línea y con la misma perspectiva, pero en distintas direcciones.

Sobre Venezuela se empeñan en posicionar a la dirigente opositora e inhabilitada políticamente para participar en las elecciones presidenciales, María Corina Machado con posturas sin matices y sin justas verdades que corresponden a la realidad y razón de ser de esa inhabilitación. Sobre esto se detalla, analiza, cuestiona y contrapone datos y hechos en este programa.

¿Pobres y aislados?

De cara al continente africano también se revisa cómo los medios de comunicación sostienen una campaña electoral que sitúa a los países rebeldes del cinturón del Sahel en África como aislados, como sitiados entre el terrorismo y el reproche internacional, pero esa no es su única realidad y en este capítulo se explica por qué lo que es vendido como una mancha ante la “comunidad internacional” es realmente una victoria para estos países que han decidido progresivamente no ser pisoteados por Francia.

La suspensión de elecciones en Senegal y su impacto

Los senegaleses debían votar por un nuevo presidente este mes de febrero. Senegal hasta la fecha goza con el visto bueno de la prensa internacional y las potencias europeas de ser “uno de los más estables de la región” porque se les garantiza estabilidad mientras no se salgan de control francés.

Sin embargo, una jugada del presidente Macky Sall ha sumido al país en un conflicto político por una decisión arbitraria que la oposición cataloga como Golpe constitucional: anunciar la suspensión de las elecciones hasta el mes de diciembre bajo argumentos que no convencen ni a quien se le opone ni al pueblo senegalés. Un dato a tener en cuenta es que Sall no es el político más popular de cara a una contienda electoral, lo es Ousmane Sonko, un líder juvenil de oposición detenido por auspiciar protestas en Dakar en junio de 2023. 

Sall suspendió las elecciones tras una polémica por la publicación de la lista de los candidatos y las sucesivas críticas de irregularidades de la oposición. Sall anunció la medida con la siguiente frase «iniciaré un diálogo nacional abierto para crear las condiciones para unas elecciones libres, transparentes e inclusivas». En Venezuela hemos escuchado esta frase y esto se debe a que el entreguismo, el colonialismo, las expresiones de desprecio ante lo que quiere la población, y la intención de eternizar el statu quo es idéntica en todas partes.

Hechos geopolíticos

En Senegal el calcio y el fosfato de aluminio extraídos de las minas cercanas a Thiés constituyen los principales recursos. Además, cuenta con reservas de petróleo y gas natural descubiertas frente a la costa a finales de la década de 1970, pero que no se han explotado aún. También inexplotados – a causa de la falta de infraestructuras para acceder a ellos – permanecen grandes yacimientos de mineral de hierro. Senegal es un tesoro en potencia, pero sobre todo es una pieza que Francia no se puede dar el lujo de perder, aunque esto implique pasar por encima de la “liberté” y por un proceso electoral que debía celebrarse en Senegal y que debe legitimar a quien porte una banda presidencial.

Por cuenta del gobierno de Senegal éste ha cortado el acceso a internet y ha prohibido la circulación de motos durante todo el día en la capital. La Unión Africana o la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) hacen lo que saben hacer además de sancionar: expresar su preocupación y al menos plantean que en Senegal se debe votar como corresponde constitucionalmente.

Un camino sin retorno

El conflicto en Senegal es una historia en desarrollo, en este país algunas cosas se daban por sentado menos la ambición de un presidente que parece negado a dedicarse a otra cosa, pero la ingobernabilidad en puertas en ese país hay que situarla en un escenario un poco más amplio que pasa por el hecho de que Senegal hace parte del cinturón del Sahel conformado también por Malí, Níger, Chad y Burkina Faso (en Chad también está previsto que se celebren elecciones, mientras Malí, Burkina Faso y Níger están hoy gobernadas por juntas militares anticolonialistas y panafricanistas).

Estos tres países volvieron a ser noticia recientemente porque decidieron abandonar la CEDEAO, una organización que – según los malienses, los nigerinos y los burkineses está excesivamente influenciada por potencias extranjeras – y por ello se ha convertido en una amenaza para sus Estados miembros y sus poblaciones.

Los jefes de Estado de Burkina Faso, Malí y Níger indicaron mediante un comunicado que “asumiendo todas las responsabilidades frente a la historia y respondiendo a las expectativas, preocupaciones y aspiraciones de sus poblaciones” decidieron con total soberanía la retirada inmediata de los tres países de la CEDEAO. Organismos panafricanistas apoyan esta decisión asumida por Ibrahim Traoré, presidente de transición de Burkina Faso; el Coronel Assimi Goita, presidente interino de Malí, y el General de Brigada Abdourahamane Tchiani, presidente del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria de Níger.

Otra organización que, si no se refresca, caduca

La CEDEAO fue fundada en 1975 con una misión de promover la integración económica en el área industrial, de transporte y telecomunicaciones, energía, agricultura, recursos naturales, comercio, cuestiones monetarias y asuntos sociales y culturales de sus 15 países miembros, pero desde los golpes de Estado en Malí, Níger y Burkina Faso ha establecido sanciones y embargos a estos tres países para forzar a sus gobiernos a restablecer su democracia a la francesa y sus estrategias fracasadas.  

Para los malienses, los nigerinos y los burkineses su decisión de abandonar el organismo no fue impulsiva ni temeraria, y ella, como la negativa a volver a un estilo de vida colonialista, es un camino sin retorno. En palabras de Ibrahím Traoré “las cadenas que se están rompiendo, quedarán quebradas para siempre”.

Dosis de realidad ante una Francia que insiste en tomarlos por idiotas

Níger fue el último país en sumarse a la lista de Estados africanos rebeldes en el año 2023. Níger es hoy una oda a la paciencia. Así lo han señalado líderes y referentes anticolonialistas fuera de la Junta Militar que hoy gobierna. Estos aseguran que «así como el divorcio entre un hombre y una mujer lleva tiempo, también lo será el divorcio de Níger de Francia pues es comprensible que, siendo el mejor socio de Francia en el Sahel, París se niegue a aceptar la autonomía de Níger y lo que su pueblo quiere.

Según datos aportados por el portal Rebelión tras entrevistas a miembros de algunas ONG radicadas en Níger, este país estaba sumido en la inseguridad desde 2014 y tras el golpe de Estado se les privó de acceso a luz eléctrica como medida de coerción. La junta militar tiene seis meses en el poder surfeando sanciones económicas, el cierre de fronteras comerciales y el aislamiento. EEUU y Francia cortaron su relación con Níger en lo que respecta a colaboración de insumos de primera necesidad, y esto era de esperarse pues sí dejándose pisotear, Francia no ayudaba a Níger – solo le enviaban fuerzas militares para controlar el territorio – pues ahora que les dio por rebelarse, es menos que nunca un negocio para Europa o EEUU “ayudarles”.

A esto se suma el silenciamiento al que someten los medios internacionales a Níger al ver que el golpe era irreversible. En estos momentos, entre las grandes cadenas de comunicación solo la prensa francesa sigue de cerca lo que ocurre ahí por no perderle la pista a lo que ocurre en la que era su colonia. Lo mismo aplica a las empresas francesas: no tienen intención de partir.

Aun así, pese a la aplicación de estas recetas ya conocidas por otros países sancionados y boicoteados como forma de irrespeto a su autodeterminación, hay elementos y acontecimientos que a los medios de comunicación franceses no les conviene que países africanos y latinoamericanos sepan, para empezar: las sanciones que ha impuesto la CEDEAO a Níger significaron el inicio del fin de la credibilidad de esa organización.

Se suma que Malí, Níger y Burkina Faso comparten otro rasgo en común además del golpe de Estado y la instalación de juntas militares: a pesar de ser tres países sin salida al mar, los mecanismos de solidaridad interafricana han funcionado para sortear los efectos crueles del castigo impuesto por la CEDEAO, uno que viola sus propios códigos de fundación como organismo.

Dejando de lado la inflación en algunos productos importados, el pueblo nigerino declara que las sanciones no se sienten y que la puesta en funcionamiento de una central fotovoltaica en Gorou Banda (inaugurada el 26 de noviembre sin mucha cobertura de los medios de comunicación) ha permitido resolver el problema de la dependencia en electricidad a la que pretendía someterle su vecina y cómplice de Francia, Nigeria.

Por otra parte, los convoyes comerciales desde Burkina Faso han asegurado la llegada de víveres y los representados por el puerto de Cotonou de Benín decidieron levantar la prohibición de retomar las relaciones comerciales con Níger, pero como no lo hicieron por solidaridad sino para frenar las pérdidas que representan el bloqueo de las importaciones hacia ese país, las actuales autoridades de Níger prefieren que sus comerciantes sigan utilizando el puerto de Lomé en Togo y los convoyes comerciales con Burkina Faso (sus vecinos solidarios) y no con quienes no son capaces de empatizar con Níger ante las sanciones de la CEDEAO.

Finalmente, mientras EEUU y Francia le silencia y los países de la CEDEAO pasaron de amenazar con invadir y violar la soberanía de Níger, a sostener embargos comerciales, este país recibe por parte de Rusia cargamentos de trigo. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, detalló que los granos fueron enviados en barcos entre noviembre de 2023 y enero del presente año a Burkina faso, Zimbabwe, Malí, Somalia y Eritrea, y que estos países tienen el compromiso de convertir parte de este trigo en harina y enviarlo a la República Centroafricana. 

(LaIguana.TV)


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