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Antes que Diego de Losada fundara lo que hoy es la ciudad de Caracas hubo dos precedentes de conquista española, uno con Francisco Fajardo y otro con el Capitán Juan Rodríguez Suárez. Ambos intentos fallaron luego que los indios Toromainas se opusieran al coloniaje y resistieran en defensa de su territorio, así lo refirió el cronista oficial de la ciudad, Guillermo Durand, en entrevista concedida a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

 

El primer intento de fundación de Caracas ocurrió en 1560 con el mestizo Francisco Fajardo, quien se valió de su color de piel y dominio de la lengua indígena para crear un poblado en el valle habitado por los Toromainas.

 

«Él fue el único que pudo ingresar a la tierra de nuestros indígenas pero una vez que estos se dieron cuenta de que Fajardo no venía con buenas intenciones le destruyeron el poblado que había construido con el nombre de San Francisco», relató Durand quien también comentó que existe la creencia de que ese poblado estaba en Catia, actual parroquia Sucre.

 

El segundo intento de coloniaje fue en 1561, por el capitán español Juan Rodríguez Suárez quien pretendió refundar el poblado y lo llamó Villa de San Francisco, pero a diario era atacado por los pueblos originarios y su objetivo fracasó.

 

«Ante esto el Capitán Diego de Losada recibe en 1563 una Real Cédula por parte del Rey de España (Felipe II), documento que le facultaba para someter a la tribu indígena del lugar, la cual se caracterizaba por su resistencia y rebeldía», detalló.

 

Losada llegó desde abril de 1567 a suelo venezolano y esperó hasta el 25 de julio Día de San Santiago El Mayor, santo al cual era devoto, para fundar la ciudad.

 

«Cuando resultó vencedor Losada llamó a su conquista Santiago de León de Caracas; el primer nombre viene del apóstol Santiago el Mayor, al cual Losada consagró su victoria, el segundo, De León, en tributo al gobernador de la provincia de Venezuela, Pedro Ponce De León, y Caracas por el pueblo originario de la zona que adoptó ese nombre por una planta que consumía», explicó el cronista.

 

En todo el valle de los Toromainas, tribu que adoptó su nombre del canto de un pájaro que según ellos decía «toromaina toromaina» cuando cantaba, había un planta llamada Amaranthus, también se conoce como Pira, la cual formaba parte de los alimentos que consumían y solían llamar «caracache», que con el tiempo «era pronunciada ‘Caracas’ y decidieron denominarse así, al igual que a la región».

 

Como el resto de los conquistadores europeos que viajaron hasta América, creyendo que encontraría oro, Diego de Losada no escatimaba encontrarlo en la nueva ciudad, más pronto se dio cuenta que en Caracas tal riqueza debía construirse y sucedió por medio del cultivo de la tierra.

 

Entonces, se produjo trigo para el pan y las galletas, además de cacao, «lo que le dio fuerza a la economía de Santiago De León de Caracas y empezaron a construirse casas y calles, estas últimas eran de tierra».

 

Durand comentó que para 1578 el Gobernador Juan de Pimentel hizo el primer mapa de la ciudad y posteriormente se edificaron casas con tejas rojas, una plaza en el centro, la actual Plaza Bolívar, la iglesia y el ayuntamiento o alcaldía.

 

«La estética y el estilo de aquellas viviendas le valió en el último tercio del siglo XVIIII el nombre de ‘La ciudad de los techos rojos’, como le llamó el escritor Enrique Bernardo Núñez, primer cronista de Caracas, nombrado por la Alcaldía en 1945», explicó el historiador.

 

La gesta emancipadora del Padre de la Patria, Simón Bolívar, también hizo que Caracas fuera «la primera ciudad de América Latina en llevar la voz cantante de la independencia, es la primera ciudad que se fue en armas contra el orden establecido de España».

 

Una ciudad versátil

 

Durante un recorrido por la Plaza Bolívar y Antímano, varios ciudadanos expresaron lo que significa la ciudad para ellos y la concepción que tienen de la capital.

 

«Caracas, hermosa ciudad bordeada del majestuoso Waraira Repano, atracción de propios y extranjeros. Eres edificios, casas, rancherías y paisajismo, mi hogar», expresó Ketiuska de Estévez, habitante de la urbe.

 

Para esta caraqueña los aciertos o desaciertos que pueda tener, la muy noble y leal ciudad de Santiago De León de Caracas nombrada así en 1592 por Juan Vicente Bolívar, padre del Libertador, «son el resultado de una capital petrolera víctima del capitalismo, sin embargo, siempre estaremos los que te cuidaremos y demos lo mejor para tratar de hacerte más hermosa».

 

Teatros recuperados, plazas restauradas, un casco histórico rehabilitado en el que frecuentemente se realizan conciertos y recitales de poesía, librerías, un Eje para el vivir bien, donde se encuentran la danza, las artes y la música clásica forman parte de esa Caracas moderna en la que conviven venezolanos y extranjeros.

 

«Eso hace que sea una ciudad versátil y cómoda con espacios naturales y artificiales que permiten la recreación de grandes y pequeños; Caracas es una dama que debe tratarse con cuidado, amor y respeto, por eso se requiere que sus ciudadanos tomen conciencia y contribuyan con su desarrollo. Juntos Gobierno y pueblo podemos hacer que nuestra Capital sea ejemplo de orden, progreso y armonía», enfatizó la caraqueña Dayana Acosta.

 

Por su parte, el ciudadano Andrés Prieto, destacó que Caracas necesita gente comprometida con su desarrollo y crecimiento productivo y recordó que en sus inicios fue un territorio agricultor en el que se producía trigo y cacao, que potenciaron la economía del país.

 

«Yo creo que esa visión productiva hay que retomarla con fuerza y valor para así impulsar la ciudad, defendernos del imperialismo e inspirar a la nación, lo cual nos llevaría a poner en práctica lo que Vicente Salias escribió en nuestro Himno cuando dijo ‘Y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio'».

 

Aún en la actualidad Caracas es sinónimo de resistencia imperial, desde 1999 sus habitantes han tomado conciencia sobre el rol protagónico que deben jugar en la sociedad para la construcción de un mejor país basado en la igualdad de oportunidades, el respeto a los derechos humanos y la organización popular.

 

La ciudad, que este año cumple su 448 aniversario, también ha servido de escenario para la conformación de bloques políticos y económicos en pro del desarrollo de la región como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

 

(AVN)