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Este sábado 25 de julio la agencia internacional EFE difundió una particular nota a través de la cual se señala que el gobierno de los Estados Unidos actualmente se encuentra haciendo votos para que la disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequibo se resuelva de forma pacífica. El texto presenta una supuesta declaración de un portavoz del Departamento de Estado gringo quien (y esto es lo más extraño del asunto) prefiere que su identidad permanezca en el anonimato.

 

«Es imperativo que cualquier esfuerzo para resolver esta situación sea a través de medidas pacíficas que sean consistentes con la ley internacional, sea mediante el proceso de la ONU u otro mecanismo», indicó este portavoz sin nombre. Primera pregunta: ¿Por qué esta fuente prefiere pasar desapercibida, sobre todo tratándose de un asunto tan serio? Esto, para empezar, ya le resta seriedad al asunto.

 

Cabe destacar que estos comentarios se emiten un día después de que el presidente de Guyana, David Granger, visitó Washington y se reunió allí con la secretaria adjunta para latinoamérica del Departamento de Estado, Roberta Jacobson. Durante su visita Granger reiteró que Venezuela supone una amenaza para la supervivencia y el desarrollo de su nación, pues se trata de la lucha entre un país más grande contra otro más pequeño.

 

«Guyana en estos momentos está enfrentándose a una amenaza a su supervivencia por parte de un país más grande», aseguró el presidente guyanés refiriéndose a nuestra patria. Lo que no dice Granger es que, detrás de esa nación minúscula (Guyana) se encuentra el soporte de una de las transnacionales más poderosas, guerreristas y destructivas del planeta: la Exxon Mobil.

 

«Hay varios asuntos en juego: el derecho soberano de un país a explorar sus propios recursos, el principio de llegar a acuerdos pacíficos en disputas, el evitar el uso de la fuerza, las amenazas y la intimidación, la inviolabilidad de los acuerdos internacionales y el respeto a la ley internacional», continuó.

 

Nuevas preguntas surgen: ¿El derecho soberano de un país a explorar sus propios recursos? ¿Acaso los recursos del Esequibo son guyaneses? ¿La inviolabilidad de los acuerdos internacionales? ¿Acaso el propio señor Granger no se ya especializado en violentar este tipo de tratados? ¿Quién metió a la Exxon en la zona en reclamación?

 

Lo que sí es seguro es que el presidente de Guyana realizó esta nueva visita al país del norte para recibir desde allí nuevos lineamientos y nuevos métodos de acción. Seguir presentándose ante la comunidad mundial (de la mano de medios internacionales, en este caso la agencia EFE) como un tierno cordero incapaz de romper un plato; promover junto al imperio gringo una presunta política de paz; colocarle una nueva celada a Venezuela (en la cual, por supuesto, no vamos a caer), para luego señalar a nuestro país como una nación opresiva y guerrerista; esa es la estrategia.

 

Tenía mucha razón el presidente de la República, Nicolás Maduro, cuando expresó su desconfianza con respecto a este nuevo viaje. «¿Quién lo llevo a Washington? ¿La Exxon Mobil?», se preguntó en su momento el jefe de Estado venezolano, quien, es necesario señalar, sí se ha empeñado en promover acciones pacíficas y diplomáticas para resolver el diferendo por la Guayana Esequiba.

 

Lo sentimos señor Granger, pero de nada le sirve su cinismo y su hipocresía. Por más que lo intente, por más que trate de disimularlo, siempre se le ve el bojote.

 

(LaIguana.TV)