“El verdadero candidato de la oposición contra el presidente Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio es Estados Unidos y no alguno de los que aparecerán en el tarjetón”, afirmó Miguel Ángel Pérez Pirela al ser entrevistado por el periodista Boris Castellanos, en su programa 360, que se transmite por Venezolana de Televisión.
Pérez Pirela y Castellanos conversaron sobre el proceso electoral en ciernes, mientras caminaban por algunos de los espacios recuperados por el gobierno nacional en el campus de la Universidad Central de Venezuela.
Boris Castellanos (BC): Nuevamente estamos en una disyuntiva electoral. Ha habido mucho ruido en los medios, ha habido mucho debate, ha habido muchos argumentos, muchas ideas y obviamente esto tiende a generar cierto nivel de confusión. ¿Como ves esta elección?
Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): Bueno, primero son una de las elecciones más importantes diría yo de la historia democrática venezolana porque en realidad se está jugando mucho. Yo soy de los que piensan que los Estados Unidos quieren cobrar luego del daño que han hecho con las sanciones. Por cierto, están utilizando mucho ese verbo “cobrar”, es decir que en la planificación del ahogamiento contra el pueblo venezolano estaban previstas estas elecciones y ahora ellos quieren, después de haber tratado de asfixiar al pueblo venezolano con el blackout eléctrico, las intentonas de golpe de Estado, los intentos de invasión, los intentos de magnicidio, el acoso diplomático, el robo de nuestra empresa fundamental más grande en el extranjero (Citgo), el robo de nuestras cuentas, el robo de nuestro oro, gobierno paralelo… Es que tú echas el cuento a nivel internacional y parece una mala serie de Netflix… Pues bien, después de todo eso, ahora ellos, con estas elecciones están convencidos de que el pueblo está cansado, que el pueblo olvidó todo eso que estoy narrando y que ellos, insisto yo con el verbo que utilizan, van a “cobrar”. Entonces, por eso son importantes estas elecciones. No es cualquier elección de cualquier país latinoamericano, no señor, es al final una apuesta entre la viabilidad de un país o la entrega total de su soberanía.
—La presión de Estados Unidos contra Venezuela no es algo nuevo, ha sido una constante desde 1999 hasta el presente. Sin embargo, hemos visto algunas variaciones que llaman la atención porque si no revisa la última elección presidencial de 2018, el sector radical financiado por Estados Unidos dijo “no vamos, no vamos”, y en esta oportunidad, en 2024, estamos viendo que ahora dice “sí vamos a participar”. ¿Cambió en la oposición o cambió el plan?
—Debemos recordar que la oposición de este país no existe. Las caras visibles, en realidad son una especie de fachada que esconde una oposición internacional que se llama Estados Unidos. Quien piense que el presidente Nicolás Maduro en estas elecciones va a ir contra un candidato específico, se equivoca: el candidato opositor en estas elecciones se llama Estados Unidos de América. En estas elecciones, frente a Nicolás Maduro se encuentran el Departamento Estado, el Departamento del Tesoro, el stablishment del negocio de las armas de Estados Unidos. Ese es el verdadero candidato y eso es lo que se está jugando en Venezuela. La presión contra Venezuela no es nueva, tiene más de 25 años, pero en esta historia hay un hito fundamental, que fue la partida física del comandante Hugo Chávez. Ese hito marcó un recrudecimiento de los desmanes de los Estados Unidos contra Venezuela
—Otra cosa que también ha variado en el escenario político, otro cambio que ha sido significativo es que en años anteriores contábamos con el carisma de Hugo Chávez, su idea, su fuego encendido, que no solamente era una fuerza motivadora, sino también una fuerza protectora que obviamente ya no está presente por su partida física. ¿Crees que Nicolás Maduro pueda aguantar la presión?
—Chávez no está presente físicamente pero vaya si la energía está, si la esperanza está en la calle. Yo te voy a decir algo: a Nicolás Maduro le ha tocado más duro que a Hugo Chávez, y la resistencia que ha tenido Nicolás Maduro ha sido acaso más efectiva de la que pudo haber en los primeros gobiernos. ¿En qué sentido? Sanciones, bloqueos, caída de precio del petróleo, es decir, hay elementos, coyunturales que de alguna forma hicieron que el gobierno de Nicolás Maduro fuera un gobierno en estado de guerra permanente. Y hay una característica fundamental, un error continuado que han tenido Estados Unidos, Europa, los países de la OTAN, todos los que han formado coalición contra Venezuela, y es que han subestimado a Nicolás Maduro. El presidente ha tenido que dirigir una guerra externa pero también guerra interna y te voy a colocar dos ejemplos que yo creo que deberían ser los caballitos de batalla de esta de esta campaña. El primero es el COVID-19, porque en la pandemia, siendo Venezuela un país bloqueado incluso sanitariamente, tuvo uno de los mejores resultados de las mejores gerencias sanitarias a nivel planetario. Cuando en Perú y en Ecuador no tenían ni logística ni para recoger los cadáveres, Maduro, permíteme la expresión popular, parió las vacunas, universalizó en el territorio nacional las vacunas cuando los países de la Unión Europea se estaban peleando por las mascarillas cada vez que llegaba un vuelo de China. Italia y Alemania se saqueaban entre sí. El segundo tema es el de la seguridad. Aquí se trató, desde los tiempos de Leopoldo López en la alcaldía de Chacao, de inocular lentamente paramilitares en los barrios que eran las bandas armadas. Sobre eso tuve la oportunidad de escribir varios libros con mi maestro Luis Britto García. Maduro acabó con eso y hoy Caracas, esta ciudad desde donde estamos hablando, es una de las más seguras de la región.
BC: Pero si ves el tiempo verbal de tus respuestas son en pasado logró, perdió, venció. Pero, pregunto si en esta batalla del 28 de julio Nicolás Maduro tiene la suficiente fortaleza para continuar aguantando la presión.
MAPP: Te voy a responder en presente y en futuro: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional están hablando de un crecimiento de Venezuela del 5 %. Es decir, que Venezuela es y será seguramente uno de los países con mayor crecimiento en el mundo cuando estamos en el contexto de una economía latinoamericana ralentizada, y cuando tenemos una Europa donde están surgiendo gobiernos de extrema derecha precisamente por un tema también económico. Ahora, que crezca cinco puntos una economía como la venezolana, en medio de bloqueos, en medio de sanciones es un milagro económico.
—¿Y políticamente?
—Políticamente Nicolás Maduro hizo algo que no se había logrado en Venezuela: archidividió a la oposición por obra y gracia de Guaidó, manejó de forma magistral el tema de un gobierno paralelo, que en realidad era una dictadura, llevó a la oposición venezolana, específicamente a la extrema derecha venezolana (porque hay una oposición democrática que participó en las ultimas elecciones legislativas) los arrió, y estoy utilizando el verbo con toda la malicia, los arrió nuevamente hacia el campo electoral, hacia el debate electoral. Hay algo que se le debe a Nicolás Maduro y es que todos estos factores que andaban perpetrando golpes de Estado, intentos de invasión, intentos de magnicidio y que no quisieron participar en las elecciones, se tuvieron que comer sus palabras. ¿Dónde están aquellos que decían que el Consejo Nacional Electoral no funcionaba? Están peleando para que los reciban en el Consejo Nacional Electoral. Esto es un logro político de Nicolás Maduro que incluso va más allá de las previsiones. ¿Tú te hubieras imaginado que la extrema derecha, que el gobierno paralelo, que el G4 iban a estar haciendo cola para que los reciban en el Consejo Nacional Electoral y los dejen inscribir una candidatura?
BC: Has dicho que el real candidato de la posición o la real figura que impulsa a todos es Estados Unidos, pero lo cierto del caso es que en la escena política nacional tenemos voceros de la extrema derecha que, para mi asombro, se presentan como unas blancas palomas ante el electorado, aunque estuvieron clavados de cabeza en todo lo que ha pasado en el país en los últimos años. ¿Tú puedes dar una explicación sobre esto? ¿Son locos, son dementes, son psicópatas, porque cómo pueden tener un cambio de discurso tan radical de no votar a votar?
MAPP: Es sencillo, muy sencillo, no se mandan solos, no se mandan solos. Montaron esa ridiculez de las primarias, que fueron una especie babyshower, de despedida de soltera o de cumpleaños que le hicieron a María Corina Machado a través de su organización Súmate, todo completamente ilegal, un desastre, quemaron los cuadernos, es decir, una pantomima para que ella dijera “tengo la voluntad del pueblo”, que es lo que repite en una especie de ritornelo. Pierden el tiempo con la primaria y terminan, “por consenso”, decidiendo a favor de otro candidato, que no participó en la primaria. De pronto, Manuel Rosales, varias veces gobernador del estado Zulia, fundador de un partido con relevancia en el occidente del país y a escala nacional, Un Nuevo Tiempo, con todas las posibilidades de guerrear una campaña contra Nicolás Maduro, se inscribe, pero se retira. Y es público y notorio que (Francisco) Palmieri, desde Bogotá, dio las órdenes: ustedes se van con este señor Edmundo González Urrutia; ustedes se inscriben acá; ustedes se ponen para allá. Hubo una humillación para la oposición por este procónsul de los Estados Unidos, que se dice embajador en Venezuela, pero está en Bogotá. Recuerdo que en varios análisis en esos días dijimos que en 48 horas todo lo que ese señor dijera iba a ser verbum domini, palabra de Dios, y así fue: la oposición ya no es esconde el servilismo hacia Estados Unidos y lo evidencian en las políticas, incluso las electorales, que están llevando adelante.
BC: Hay algo que me preocupa más que la conducta de esta dirigencia opositora que tú describes y es la conducta de ciertos sectores del electorado, que a pesar de tener todos estos argumentos, a pesar de tener toda esta reseña histórica, que es plenamente comprobable, siguen creyendo en este sector de la posición radical. No estoy hablando de toda la población, pero sí de un sector. Y de hecho nuestra compañera Kenia Ferrer salió a la plaza Altamira a entrevistar a la gente de la oposición. Les preguntó si conocían el plan de la posición y respondían que no. No saben qué proponen en la economía, no conocen qué proponen para el cambio político, no conocen qué proponen en salud, pero decían que van a votar por el candidato de este sector porque él es un señor chévere. Te pregunto a ti ¿qué está pasando? ¿Por qué, a pesar de todos estos argumentos, a pesar de todos estos hechos que son reales y comprobables hay gente que en la elección del 28 de julio seguirá apoyando a la oposición?
—Bueno, la plaza Altamira no es Venezuela, y eso lo sabemos muy bien desde hace 25 años. El este de Caracas tampoco es Venezuela. Hay un gran eje de ciudades como en Maracaibo, que ya sabemos cómo va han votado históricamente, sitios como Lechería, Chacao, esa parte de Miranda ya sabemos cómo van a votar. Pero ellos están construyendo una realidad ficticia, basada en tres características fundamentales que acabamos de ver en México, si me permites la comparación. Lo primero es una especie de dictadura del algoritmo a través de los bots, que intentaron aplicar contra la presidenta electa Claudia Sheinbaum. El objetivo de esto es torcer la realidad, hacer ver que una cosa es lo que no es, o como diría Aristóteles: “no es el caso que p y no p sean al mismo tiempo”, yo no puedo ser y no ser al mismo tiempo. Lo segundo es el mito de las encuestas. Y aquí quiero hacer un breve paréntesis para preguntar si no son acaso las mismas encuestadoras que dieron como ganador a Sala Römer, a Manuel Rosales, a Arias Cárdenas, a Capriles Radonski, a Henri Falcón… es decir ellos se han pelado durante 25 años. Es verdad que la oposición ha tenido cargos de elección popular en la Alcaldía de Caracas, en Miranda, en Zulia, en la Asamblea Nacional, pero en las presidenciales tienen 25 años equivocándose. ¿Qué me hace pensar a mí que ahora si la van a pegar? Entonces: dictadura del algoritmo, los bots, la trampa de las encuestas, y el tercer elemento es la no aceptación de los resultados electorales.
BC: Y si tienen 25 años diciendo que el CNE no sirve, que los votos se los roban, que fuerza es fuerza, que vamos hasta el final y ahora les dicen a su gente que vamos a votar, aunque el CNE sigue siendo el mismo, ¿cuál es el plan: desconocer resultados?
MAPP: Hay varios planes. Y me gusta mucho esta pregunta porque ya vemos el horizonte. Primero, hay que entender que esto es una campaña que se está haciendo para fuera del país. María Corina Machado y Edmundo González Urrutia junto con la extrema derecha venezolana están haciendo una campaña que no tiene nada que ver con Venezuela. Están presentado tomas manipuladas, exageración de lentes, trucos fotográficos, porque la campaña electoral es para afuera, para el desconocimiento el 28 de julio de los resultados. Y no estoy diciendo nada que no haya pasado y no estoy diciendo nada que no haya hecho Capriles Radosnski, cuando mandó a su gente a pagar su rabia. Y recordemos que con Henry Ramos Allup tenemos veinte años esperando las pruebas del fraude. Por otro lado, ya se están viendo por aquí y por allá algunos pocos, que es revivir la guarimbas. Por cierto, guarimbas es un nombre tierno frente a las intentonas de guerra civil que han hecho con estos disturbios violentos. Y cuando digo guerra civil estoy pensando en lo que han denunciado Diosdado Cabello, Bernabé Gutiérrez y varios dirigentes más, que hay factores que han hablado de guerra civil. Pero el tercer elemento fundamental y quizás no lo estamos viendo es Guyana. El 28 de julio cuando la oposición una vez más salga, derrotada, independientemente de lo que dicen los bots, la pseudoencuestas, el siguiente paso puede ser un ataque que va a venir por allá. Ya el presidente Maduro lo dijo con todas sus letras: se están estableciendo bases militares en nuestros territorios, porque decir Guyana es impropio, esos son nuestros territorios, ahí está el Departamento de Estado, ahí está la CIA, ahí está el Comando Sur y el próximo ataque contra Venezuela no va a ser un gobierno paralelo, no va a ser una guarimba, va a ser la intentona de quebrar el territorio nacional, la soberanía nacional. Eso es lo que se viene.
(LaIguana.TV)
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