Un escándalo en materia de seguridad y corrupción sacude a la Armada de EEUU, luego de que Grisel Marrero, jefa superior del comando del buque de combate litoral USS Manchester introdujera una antena no autorizada para tener Internet libre a bordo, en conspiración con otros jefes de segundo nivel, según informa el tabloide especializado Navy Times.
El objetivo de la creación de la red no fue otro que ver resultados deportivos, navegar en redes sociales y transmitir programas de televisión, eso sí, se hizo en secreto y contraviniendo las normas de la Armada al respecto.
La antena parabólica ilegal fue instalada y operada por Marrero durante el despliegue en el Pacífico occidental en abril del 2023, quien no solo conspiró con otros jefes, suboficiales de alto rango del barco, para realizar una instalación en secreto, sino que habría pagado por la antena Starlink 2.800 dólares con su tarjeta de crédito personal y acto seguido, en coordinación con otros, utilizaron la tarjeta de débito de la asociación de suboficiales para abonar el cargo mensual de 1.000 dólares.
Marrero intentó ocultar la red Wi-Fi, a la que llamó ‘Stinky’, renombrándola como impresora. Según la investigación del Navy Times, la red fue de uso exclusivo para jefes superiores, con rango de suboficial, quienes pagaban cuota, y no se compartió con marineros rasos ni oficiales. No contentos con el funcionamiento, los uniformados implicados incluso compraron amplificadores de señal durante una escala en Pearl Harbor, Hawái, ya que la red no cubría todas las áreas del buque.
Encubrimiento de la red secreta
Cuando los marineros rasos y oficiales comenzaron a notar una señal inusual, Marrero no dudó en negar su existencia frente a su oficial superior en más de tres ocasiones e incluso falsificó información. Sin embargo, las comodidades inalámbricas no duraron mucho, pues en agosto, debido a la instalación de un equipamiento en el buque, se descubrió finalmente la antena. A finales del mismo año Marrero fue degradada discretamente por la Armada de su rango por emitir declaraciones falsas y poner en riesgo la seguridad de las operaciones militares, siendo además condenada a un consejo de guerra.
La ex jefa superior se declaró culpable por incumplimiento a sus deberes militares, mientras que la investigación, que finalizó en noviembre, descubrió que más de 15 jefes eran parte de la conspiración criminal, recibiendo todos castigos administrativos.
El riesgo de la irresponsabilidad a bordo
De acuerdo con la biografía de la ex jefa del comando, Marrero asistió a la escuela de técnica en sistemas de información, obtuvo una maestría en administración de empresas con especialización en seguridad informática y tenía experiencia en inteligencia de la Armada.
A pesar de esto, Marrero no protegió al USS Manchester de amenazas de ciberseguridad y puso en riesgo la operación militar, lo cual fue calificado como una «conducta atroz» por el oficial investigador, en vista de que alguien con su formación debía saber mejor que nadie los riesgos en los que estaba incurriendo.
(RT)
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