La Franja de Gaza se ha vuelto un laberinto de trampas explosivas y redes de túneles ocultos bajo las casas. Para evitar las bajas, los militares israelíes usan a los palestinos capturados como zapadores y los obligan a registrar las zonas más peligrosas, destapa el ‘New York Times’.
El medio entrevistó a más de una decena de soldados y funcionarios israelíes que conocían la práctica, así como a varios civiles palestinos.
Además de utilizar drones y perros para explorar los lugares antes de entrar, los militares del Ejército israelí también recurrieron a la práctica de enviar palestinos cuando no disponían de equipos o animales, o creían que los humanos serían más eficaces.
El New York Times revela que al menos 11 brigadas en cinco ciudades en Gaza realizaban esta práctica, ilegal en virtud tanto del derecho israelí como del internacional. Este método se ha extendido gradualmente desde el comienzo de la guerra en octubre de 2023. En particular, los detenidos palestinos se vieron obligados a explorar lugares donde se creía que los militantes de Hamás prepararon una emboscada o una trampa explosiva. Los palestinos fueron presionados para filmarse entrando en las redes de túneles de Hamás, donde se suponía que se escondían los militantes.
Varios soldados israelíes calificaron la práctica como rutinaria, habitual y organizada, al asegurar que los detenidos eran manipulados y, a menudo, transportados por oficiales de las agencias de inteligencia israelíes. Los propios militares utilizaban la expresión «escudos humanos» al describir el proceso, destacó el medio. Esto indica que es un proceso con un nivel avanzado de coordinación entre batallones y el conocimiento sobre el terreno.
A su vez, el general de división Tamir Hayman, exjefe de inteligencia militar, confirmó el hecho, diciendo que algunos detenidos habían sido obligados a entrar en túneles, mientras que otros se habían ofrecido como voluntarios para acompañar a las tropas y actuar como sus guías.
Según los testimonios de algunos soldados de Israel, varios miembros expresaron su oposición a los mandos. Sin embargo, algunos oficiales justificaban el uso de los civiles al nombrarles terroristas sin pruebas, pero a menudo los oficiales reconocían que sus detenidos no pertenecían a grupos terroristas y los ponían en libertad.
«Pensé que serían los últimos momentos de mi vida»
Basher Dalu, farmacéutico de la ciudad de Gaza, fue detenido en noviembre de 2023. Afirmó que los soldados le ordenaron entrar en el patio trasero de una casa de cinco plantas cercana, mientras siete u ocho militares se escondían, poniéndose a cubierto y dándole instrucciones mediante un altavoz.
«Detrás de mí, tres soldados me empujaron violentamente hacia delante. (…) Tenían miedo de posibles túneles por debajo o de explosivos ocultos bajo cualquier objeto que hubiera allí», recordó Dalu.
El periódico agrega que su descripción coincide con los relatos de episodios similares de 10 soldados israelíes, que también describieron haber presenciado o haber sido informados de historias parecidas.
Otro civil, Mohamed Shubeir, un estudiante de secundaria que tenía entonces 17 años, denunció que le obligaron a buscar los explosivos colocados por Hamás en las ruinas de su ciudad natal, Jan Yunis. Él fue capturado a principios de marzo de 2024 y, tras 10 días detenido, se le liberó sin cargos.
Durante este tiempo, afirmó que soldados israelíes le presionaron para que avanzara mientras ellos mismos estaban a cubierto para evitar que les volara una bomba.
«Los soldados me enviaron como a un perro a un apartamento con trampas explosivas. (…) Pensé que serían los últimos momentos de mi vida», citó a Shubeir el medio.
Shubeir declaró que los soldados lo enviaban acompañado únicamente por un pequeño dron que vigilaba sus movimientos y le daba instrucciones. Además, el palestino relató que una vez encontró una trampa explosiva, pero el artefacto no estalló.
«Procedimiento del vecino»
Por su parte, el profesor Michael Schmitt, académico de West Point, tilda tal práctica de crimen de guerra, alegando que no conoce casos en los que un ejército hubiera normalizado el uso de civiles, prisioneros de guerra o terroristas capturados para misiones militares. Según los historiadores, las fuerzas de EEUU en Vietnam habrían recurrido a métodos similares.
No obstante, poner en riesgo a los civiles no es algo nuevo para el Ejército israelí. A principios de la década de 2000, ya existía el llamado procedimiento del vecino en Gaza y Cisjordania, en el que los soldados obligaban a los palestinos a acercarse a las casas de los militantes para persuadirlos de que se rindieran.
Al final, tal práctica fue prohibida en 2005 por el Tribunal Supremo de Israel. El presidente del tribunal, Aaron Barak, dictaminó que un residente de un territorio ocupado «no debe ser llevado, ni siquiera con su consentimiento, a una zona donde se esté llevando a cabo una operación militar».
Cabe señalar que el derecho internacional prohíbe el uso de civiles o combatientes como escudo. También es ilegal enviar a combatientes capturados a lugares donde puedan ser bombardeados u obligar a civiles a hacer algo relacionado con las hostilidades.
(Sputnik)
Más noticias y más análisis de LaIguana.TV en YouTube, X, Instagram, TikTok, Facebook y Threads.
También para estar informado síguenos en:
Telegram de Miguel Ángel Pérez Pirela https://t.me/mperezpirela
Telegram de Laiguana.tv https://t.me/LaIguanaTVWeb
WhatsApphttps://whatsapp.com/channel/0029VaHHo0JEKyZNdRC40H1I
El portal de Venezuela.