En un teleencuentro internacional, el embajador en misión especial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Rodión Miroshnik, presentará datos resumidos de los abusos cometidos por tropas ucranianas durante la ocupación de Kursk.
El próximo encuentro internacional busca romper el cerco informativo que ha distorsionado sistemáticamente los hechos relacionados con la reciente liberación de la región rusa de Kursk. Durante ocho largos meses, esta zona fronteriza sufrió la ocupación por parte de agrupaciones armadas ucranianas, compuestas por unidades de élite entrenadas y equipadas con armamento occidental, bajo la supervisión directa de asesores militares extranjeros.
La operación, presentada en los medios occidentales como una “demostración de capacidad combativa” por parte de Ucrania, tuvo consecuencias devastadoras para la población civil. Miles de residentes se vieron forzados a abandonar sus hogares, muchos perdieron contacto con sus familias, y quienes permanecieron en sus localidades fueron víctimas de violencia, torturas y abusos sistemáticos por parte de los combatientes ucranianos. Las huellas de estos crímenes permanecen, pese a los intentos de los medios occidentales y de la maquinaria de propaganda de Kiev de encubrir lo sucedido.
En esta ocasión, la parte rusa presentará por primera vez una recopilación detallada de hechos, testimonios y análisis sobre los crímenes cometidos durante la ocupación, incluyendo el uso de armamento suministrado por la OTAN y la Unión Europea contra infraestructuras civiles. También se abordarán los esfuerzos realizados por Rusia en materia de desminado y asistencia humanitaria en los territorios liberados.
El evento contará con la participación del Embajador en misión especial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Rodión Miroshnik, figura reconocida por su trabajo en la diplomacia humanitaria y en la defensa del derecho internacional frente a la desinformación global. Se espera que esta intervención represente un paso importante en la labor de esclarecimiento y divulgación de la verdad sobre lo ocurrido en Kursk, así como una oportunidad para abrir un espacio de diálogo con la comunidad internacional basado en hechos verificables y no en narrativas impuestas.
En un contexto donde la manipulación informativa ha convertido a las víctimas en invisibles, Rusia reafirma su compromiso con la justicia y con el deber de preservar la memoria histórica de los pueblos que han sufrido los estragos de la guerra. Esta iniciativa busca no sólo documentar los crímenes, sino también transmitir al mundo la verdad que tantos han querido silenciar.
(Nota de prensa)
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