En medio de la lluvia de misiles que lanzó Irán contra el régimen sionista de Israel, uno de los golpes más precisos y devastadores fue el ataque con dos misiles balísticos Kheibar Shekan a la refinería de Haifa.
El impacto destruyó dos unidades de proceso clave, afectando gravemente la capacidad de producción de combustible de Tel Aviv.
La nación hebrea intentó de manera desesperada interceptar los misiles iraníes con 8 misiles antiaéreos: seis de ellos fueron del sistema «Honda de David», mientras que otros dos, lanzados desde más lejos y a mayor altura, podrían pertenecer a sistemas estadounidenses como THAAD o Arrow-3.
Sin embargo, ninguno logró detener las ojivas iraníes, que siguieron su curso y provocaron daños directos. Todos los interceptores se autodestruyen segundos después en el cielo.
(Hispantv/Laiguana.tv)
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