El joven venezolano Andry José Hernández Romero, estilista de profesión, y quien permaneció secuestrado en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, contó en el programa Con Maduro +, parte de las atrocidades vividas en este campo de concentración.
Hernández Romero, quien llegó a EEUU en agosto de 2024, asegura que nunca vio una calle de ese país, ya que desde que entró a esta nación siempre estuvo detenido.
“Verme vestido con un uniforme naranja fue un fuerte choque. Los oficiales de ICE y los del centro de atención tienen tatuajes como coronas, relojes, rosas; sin embargo, nosotros como venezolanos somos pandilleros y ellos como estadounidenses ¿no lo son?”, dijo en referencia a sus tatuajes, motivo por el cual la Administración Trump lo vinculó con la extinta banda criminal El Tren de Aragua, y lo deportó a la nación centroamericana.
En entrevista a la periodista de teleSUR, Madelein García, indicó que nunca pasó por su mente ir a El Salvador, y mucho menos, compartir prisión con otros 251 connacionales, acusados injustamente de ser criminales.
“Al lado de nuestro módulo teníamos maras, pandilleros salvadoreños. Yo nunca había estado en una cárcel. Por nuestra mente pasaron muchas cosas, hasta que esa gente nos podía matar. En esa cárcel hay muchas cosas, hay hasta una fosa común”, narró Andry José, quien recobró la libertad el pasado viernes 18 de julio gracias a las gestiones realizadas por el presidente Nicolás Maduro.
Contó que cuando llegaron el 15 de marzo al CECOT, luego de que les raparon la cabeza, “nos colocaron uno tras otros, pegados cuerpos a cuerpo, muchos se desplomaban, lo único que le podíamos decir a nuestros connacionales es: aguanta, piensa en tu familia, estamos juntos, somos unos guerreros. Todos nos tenemos que dar la mano para salir de esto”.
Andry Hernández dijo que pertenece a la comunidad LGBTI+, hecho que provocó más vejámenes y discriminación por parte de sus carceleros.
Conmovido recordó uno de los hechos más abominables vividos, cuando una vez los oficiales lo tomaron mientras se bañaba, y lo llevaron a un lugar conocido como “la isla”. “Allí me obligaron a hacerle sexo oral a uno de los oficiales”, mientras otros oficiales también abusan de él. “Para mí esto fue demasiado devastador, mi autoestima como persona bajó al piso. Lo único que pasó por mi cabeza fue: Dios acuérdate de mí”.
El joven oriundo del estado Táchira también narró que la gente de Bukele para quedar bien ante los organismos de Derechos Humanos, les tomaban fotos aparentando que los tenían en buenas condiciones. “Cuando necesitaban una foto para hacerse publicidad nos daban una bandeja con pollo, arroz, ensalada y, después de la foto, nos la quitaban”.
“Toda esta injusticia que nos hicieron el presidente Trump y Bukele ha sido demasiado terrible. Allá nos agredían, nos sacaban de la celda y en pleno pasillo nos golpeaban entre tres y cuatro oficiales (…) soy de la comunidad LGBTI y los oficiales me morboseaban”.
(Laiguana.tv)
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