miércoles, 27 / 08 / 2025
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Operación Neuland: Asedio y ataques navales de Hitler en el Caribe venezolano en 1942 (+Ernesto Villegas)

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Aunque poco divulgada en la propaganda de Hollywood, e igualmente omitida en los programas educativos venezolanos, el jefe nazi-fascista Adolfo  Hitler desplegó a principios de 1942 una campaña naval en el Caribe venezolano considerada “una de las más importantes e intensas de ese conflicto”, según la describe Luis Farage Dangel en texto titulado Operación Neuland. Los ataques submarinos alemanes en aguas venezolanas durante la Segunda Guerra Mundial.

La operación Neuland (“Nueva Tierra”) fue ordenada por Hitler a través del almirante Karl Dönitz, comandante de la fuerza submarina alemana, en enero de 1942.

Consistió en “operaciones de interdicción de tráfico marítimo en las aguas del Caribe venezolano”.

Venezuela era el principal proveedor de petróleo para EEUU e Inglaterra como potencia aliada de la URSS en su lucha contra la Alemania nazi.

El crudo venezolano era refinado en Aruba, Curazao y Trinidad.

Por el Caribe venezolano transitaba el 64% del petróleo destinado a las fuerzas de Inglaterra en Europa y África del Norte.

Fue la operación Neuland el mayor despliegue de submarinos alemanes (U-Boote) en el contexto de la Batalla del Atlántico.

El almirante Dönitz emitió la orden de operaciones West Indien No. 51 el 17 de enero de 1942, mediante la cual movilizó cinco 805) submarinos para ataques sorpresa al tráfico marítimo que transitaba por el Golfo de Venezuela y las rutas de navegación con destino a Aruba, Curazao y Trinidad.

“Cada uno de los submarinos debía operar delante de Aruba, Curazao y en la costa oeste de la península de Paraguaná (…). En consecuencia, fijé el 16 de febrero como día de ataque”, escribió Dönitz en sus memorias.

El 15 de febrero, en horas de la noche, penetró en aguas del Golfo de Venezuela el submarino alemán U-502 al mando del teniente de navío Jürgen Von Rosenstiel.

Esa misma noche seis buques tanqueros con petróleo venezolano zarparon del puerto de Las Salinas y navegaban por la Barra de Maracaibo con destino a refinerías en Aruba y Curazao.

El submarino alemán U-502 inició el ataque a las 2:44 de la madrugada del 16 de febrero.

El primer buque impactado fue el Tía Juana. Llevaba bandera británica. De sus 25 tripulantes murieron 17.

El segundo atacado fue el tanquero Monagas, de bandera venezolana. Iba rumbo a Aruba. Pertenecía a la empresa Mene Grande Oil Company. Su capitán era Luis Marcano Gutiérrez, oriundo de Margarita.

De los 31 tripulantes, 19 eran venezolanos. También iban 3 ingleses, tres chinos, tres noruegos y tres griegos. Fue impactado por dos torpedos. Pasó tres días ardiendo en llamas al garete en el Golfo de Venezuela hasta que varó en las costas de La Guajira. 

El buque San Nicolás, propiedad de la empresa Lago Oil & Transport, también fue atacado. murieron siete tripulantes y 19 fueron rescatados en el mar.

El ataque duró tres horas.

En paralelo, otros dos submarinos alemanes cañonearon las refinerías de Aruba y Curazao hundiendo varios buques anclados en aguas cercanas a esas islas.

Tras los primeros ataques de los submarinos alemanes, el tráfico aéreo fue interrumpido en el Caribe venezolano temporalmente.

Los submarinos alemanes continuaron acechando a través de la Operación Neuland hasta agosto de 1944. 

“El Delta del Orinoco, el Norte de las islas de Margarita y Los Testigos, las costas norte del estado Falcón y las aguas cercanas al puerto de La Guaira, fueron áreas donde la acción de los submarinos alemanes fue más devastadora contra el tráfico marítimo”, escribió Luis Farage Dangel.

El 18 de febrero el submarino alemán U-161 ingresó al Golfo de Paria y hundió dos buques: el mercante estadounidense Mokihana y el británico British Consul, que se encontraban fondeados en Puerto España.

En julio de 1943 ingresó al Caribe venezolano el submarino alemán U-615, penetró al Golfo de Paria y se dirigió a Curazao. Este submarino hundió al tanquero holandés Rosalía a 35 millas náuticas de Adícora, estado Falcón.

Este submarino protagonizó una batalla aeronaval cerca de la isla de la Blanquilla con aviones de EEUU. Logró derribar un avión atacante y averiar otros dos. Estuvo combatiendo hasta que fue hundido el 7 de agosto.

Entre febrero de 1942 y agosto de 1944 actuaron 96 submarinos alemanes y 6 italianos. Efectuaron 152 incursiones. Veintinueve (29) de esos submarinos operaron en mar venezolano en 35 incursiones.

En el Caribe fueron hundidos cerca de 400 barcos comerciales y otros 56 seriamente averiados. 

De ellos, 69 fueron atacados o hundidos en el mar venezolano.

Dentro del área caribeña fueron hundidos 8 submarinos alemanes. De ellos, dos fueron hundidos en aguas venezolanas.

VERSIÓN DE ERNESTO VILLEGAS EN EL LIBRO MAJA MÍA:

Torpedos de Hitler en el Caribe

Mar Caribe, territorio venezolano. 16 de febrero de 1942.

Cuatro submarinos alemanes penetraron sigilosos en aguas jurisdiccionales de Venezuela.

El país proveía el 64% del petróleo consumido por los aliados en la guerra en Europa y África[1], pero carecía de radares y de un sistema de defensa proporcional a su importancia estratégica.

Aviones de la Marina de EEUU estacionados en la isla de Aruba, vecina colonia holandesa, sobrevolaron las aguas sin detectar nada extraño.

Para el momento, Francia había caído ante el Tercer Reich.

Martinica, Guadalupe y San Martín, sus colonias caribeñas de ultramar, quedaron a disposición de Hitler.

El submarino distinguido con las siglas U-502 se ubicó cerca de las costas del estado Falcón, al occidente de Venezuela, por donde pasaría un convoy de buques cargados de petróleo rumbo a Aruba y Curazao.

No habiendo naves de guerra enemigas por la zona, el capitán Jurgen Von Rosenstiel tenía la obligación de enviar señales a la embarcación civil antes de efectuar ningún disparo. Decidió no hacerlo.

—Dos puntos a estribor. Sostengan el curso — dijo a sus hombres.

Y preguntó:

—¿Torpedos listos?

Desde la sala de proa respondieron:

—¡Torpedos 1 y 2 listos, señor!

 — Bien… Torpedo 1 … ¡fuera!

El tanquero estalló. Las llamas lo cubrieron mientras se hundía.

Murieron cinco tripulantes, unos ahogados, otros carbonizados, como el capitán inglés Walter Buschel. El resto corrió con mejor suerte. Iban a bordo 19 venezolanos, tres noruegos, tres ingleses, tres chinos y dos griegos[2].

El buque pertenecía a la estadounidense Mene Grande Oil Company.

Antes, un torpedo alemán partió en dos al Pedernales, atracado en la refinería de Aruba. Las instalaciones, propiedad de Nelson Rockefeller a través de la Standard Oil, también fueron bombardeadas, lo mismo que los buques San Nicolás, San Rafael, Oranjestad y Arkansas.

El Tía Juana, de bandera británica y tripulación venezolana, antecedió al Monagas en su explosión y hundimiento.

Además del U-502, otro submarino, el U-67, asomó el periscopio frente a Curazao. Un tercero, el U-156, al mando del capitán Werner Hartenstein, tuvo un accidente mortal al disparar un torpedo. Le costó la vida al tripulante Heinrich Büssinger. Y un pie al teniente Dietrich von dem Borne.

El cuarto submarino, el U-161, capitaneado por Albrecht Achilles, navegó entre la Península de Paria y Trinidad, al extremo oriental de Venezuela.

Mucho más al norte fue hundido el Buarque, un buque brasileño que había recogido a ocho venezolanos en el puerto de La Guaira[3].

Saldo: medio centenar de muertos de diversas nacionalidades.

Hitler trasladó, así, la guerra europea al Mar Caribe. Con la Operación Neuland (Nueva tierra) o Westindien (Indias occidentales) quiso cortar el flujo del petróleo que EEUU e Inglaterra extraían de Venezuela.

El crudo pasaba primero por Aruba, Curazao y Trinidad, donde era refinado y enviado en forma de  gasolina y otros derivados a EEUU, Canadá e Inglaterra.

Venezuela rompió relaciones con Alemania, Japón e Italia en 1941. El presidente Isaías Medina Angarita evitó declarar la guerra a las potencias del Eje hasta ya cerca del final del conflicto, en 1945.

La Fuerza Aérea Venezolana desplegó misiones de reconocimiento sobre aguas del Caribe. En una de ellas, un aparato modelo North American se estrelló contra una montaña de Borburata, en el estado Carabobo, el 8 de julio de 1942.

Lo pilotaba el teniente Luis del Valle García, quien falleció junto con el mecánico Francisco J. Gallegos.

Luis del Valle García fue honrado distinguiéndolo como epónimo de la base aérea del estado Anzoátegui, ubicada en Barcelona.

Un año y tres meses antes del accidente, también recibió su nombre un bebé, sobrino suyo, entonces recién nacido.

Se llama Luis del Valle Britto García y es uno de los intelectuales venezolanos más insignes de la actualidad.

Quinta Columna y “listas negras”

Caracas, Palacio Federal Legislativo. 13 de julio de 1942.

La sesión inició con el quórum reglamentario.

“Tiene la palabra el diputado Andrés Eloy Blanco- dijo el presidente de la cámara en tono solemne-. Puede hacer uso del podio de oradores”.

Tras los saludos de rigor, Blanco leyó el “Informe sobre actividades de la Quinta Columna en Venezuela[4]”.

Habló el poeta-legislador en nombre de la “Minoría Unificada”, una bancada integrada por su partido, Acción Democrática, e independientes.

El texto detalló nombres y actividades del Partido Nazi, del fascismo italiano y de la Falange española en suelo venezolano[5].

Para esos días, EEUU había hecho llegar a sus aliados en América Latina una Lista Proclamada, comúnmente llamada “lista negra”. Contenía la identidad de personas y empresas alemanas vinculadas, según EEUU, a los planes de Hitler para el continente.

Washington pidió a los gobiernos latinoamericanos medidas implacables contra esas firmas y ciudadanos alemanes, incluidas expropiación y deportación hacia EEUU, donde serían recluidos en campos de concentración[6].

La lista fue planteada como un asunto de seguridad. Pero tenía también trasfondo económico.

La Doctrina Monroe —“América para los (norte)americanos” — fue aplicada con el barniz de la política del “Buen Vecino”, enarbolada por el presidente Franklin Delano Roosevelt ante los gobiernos del hemisferio.

Lo explica así Luis Fernando Medina Londoño en su texto Expolios, deportaciones e internamientos: el destino de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial: “Esta injerencia (…) en realidad tuvo como propósito, durante el desarrollo de la guerra, exagerar sus peligros para combatir, en un aparente marco de legalidad, y en derecho, a competidores que entorpecían la expansión del capital norteamericano” [7].

En contraste, las inversiones alemanas dentro de EEUU fueron tratadas con mucho mayor cuidado en protección de su Producto Interno Bruto. Bussines are bussines.

“La intervención contra bienes y negocios alemanes en la región contrasta con el poco intervencionismo sobre el capital alemán en EEUU. El gobierno estadounidense no implantó un programa de liquidación o transferencia de empresas y propiedades pertenecientes a los 300 mil ciudadanos alemanes residentes en la Unión”, apuntó Medina Londoño.

América Latina, según el autor, se mostró renuente ante las exigencias del Buen Vecino “por sus implicaciones sobre los negocios de sus nacionales y por la misma razón que EEUU tenía para no intervenir los negocios alemanes en su propio territorio, es decir, eran importantes para las economías de todo el continente”.

Al final, EEUU logró su cometido: debilitó al capitalismo alemán y aumentó la dependencia de los países latinoamericanos frente a sí mismo[8].

A partir del ataque alemán a los buques Monagas, Tia Juana y Pedernales, el presidente Medina tomó las medidas exigidas por EEUU con base en la lista enviada desde Washington.

Lo hizo con cautela, probablemente aconsejado por su amigo Karl von Luxburg, un alemán adinerado que lo asesoraba en asuntos internacionales.

El gobierno apresó e incautó bienes a residentes alemanes bajo sospecha de pertenecer o colaborar con el Partido Nazi[9].

Fueron clausurados el Club Alemán de Maracaibo y el Colegio Alemán de Caracas (Colegio Humboldt).

Venezuela autorizó el ingreso de tropas de EEUU para proteger instalaciones petroleras.  Los yanquis se retirarán en 1944, cuando Hitler ya estaba a la defensiva.

Fue promulgada la Ley sobre Actividades de Extranjeros, que autorizó la creación de campos de concentración para ciudadanos de naciones hostiles[10].

Medina expulsó a 42 alemanes hacia EEUU en 1942.

No volvió a deportar ningún otro.

La vecina Colombia les envió a 518 , luego 84 en 1944 y 14 en 1945.

Le siguieron Perú, Guatemala, México, Costa Rica, Bolivia, Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador, Haití y República Dominicana con cifras superiores a Venezuela.

Las deportaciones desde territorio venezolano sólo superaron las de Cuba, Guyana, Paraguay y Puerto Rico[11].

Entre los deportados figuró el director del colegio Colegio Humboldt, recién llegado de Colombia en sustitución de uno desafecto al partido nazi[12].

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https://servicio.bc.uc.edu.ve/postgrado/manongo41/art11.pdf

Video YouTube: https://youtu.be/1-Pml2WU0dc?si=K0AIPtn_Le8BaqPQ

[1] Luis Farage Dangel; comp., Venezuela y la Segunda Guerra Mundial, Caracas, Armada Nacional Bolivariana, 2010. Farage Dangel asegura que Venezuela fue el principal proveedor de petróleo para los aliados. La mayor parte del combustible empleado en los frentes de guerra de Europa y el norte de África se originaba en campos venezolanos. Citado en https://nmidigital.com/el-nazismo-y-su-accion-en-america-latina/

[2] Venezolanos: Luis Marcano, Nolasco Zea, Melecio Machado, Eugenio Aldama, Casimiro Mata, José Asunción Rodríguez, Pedro Tenía, Nicolás Gutiérrez, Vicente Coello, Lázaro Colina, Lázaro Leydenz, Manuel Padilla, Juan Colina, Fidel Fainetes, José Colina, Antonio Zavala, Miguel Silva, Pablo Cañas, Etanislao Marval y Francisco Marval. Ingleses: Walter J. Buschel, Arthur Francis y George Davidson. Noruegos: Oskar Aanensen, Ingvard Loland y Erlin Baadsen. Griegos: Aristides Samoilis y Elías Papaionnou. Chinos: José Mac, Kong Pow y Chong Leang.

[3] Arturo Cardozo p 63.

[4] En 1936, en medio de la guerra civil española, fue acuñada la expresión “quinta columna” para aludir a grupos infiltrados en zonas bajo control republicano para labores de saboteo y desmoralización en favor del bando monárquico. Esa quinta se sumó, desde entro, a las cuatro columnas militares que avanzaron sobre la República para el golpe de Estado que implantó la dictadura de Francisco Franco. Desde entonces se utiliza la expresión “quinta columna” para designar a colectivos o individuos que, dentro de un Estado u otra comunidad política, actúan subrepticiamente para favorecer a sus enemigos

[5] La Falange Española (FE) fue un partido político de extrema derecha y prácticas fascistas fundado en 1933.

[6] Lorena Cardona González Una colectividad honorablemente sospechosa: los alemanes, Colombia y la segunda guerra mundial  https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1616/te.1616.pdf

[7] Luis Fernando Medina Londoño, Expolios, deportaciones e internamientos: el destino de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial: https://revistes.ub.edu/index.php/oximora/article/view/19940/22518

[8] Lorena Cardona González, en su tesis doctoral Una colectividad honorablemente sospechosa: los alemanes, Colombia y la segunda guerra mundial, escribió sobre el programa de deportaciones hacia EEUU: “Fue crucial no sólo para detener a las ‘puntas de lanza del nazismo’ latinoamericano, sino también para debilitar la presencia económica alemana en el continente”. Resaltó que dentro de EEUU “las políticas de guerra económica no fueron tan severas y restrictivas” frente a las colectividades alemanas “en razón a que las mismas eran fundamentales para su economía y desarrollo industrial”.

“En Latinoamérica estos mismos alemanes no representaban para EEUU su crecimiento, sino más bien, sus más grandes rivales. Por ello, las presiones estadounidenses con relación a la expulsión de alemanes ‘clave’ excedió los propósitos iniciales, de seguridad y estabilidad política, y pasó a convertirse en un programa que perseguía a alemanes ricos o con un peso específico en las economías regionales”, apuntó Cardona González.

[9] La necesidad de identificar y controlar a residentes extranjeros en medio de la guerra llevó a Medina a acelerar la creación de un sistema nacional de identificación. El 3 de noviembre de 1942 será emitida la primera cédula de identidad, con el número 000001, a nombre del presidente Isaías Medina Angarita. La primera cédula de extranjeros fue la de Friedrich Wachter Fischer, un ciudadano alemán residente en Venezuela.

[10] Vicente Quintero indica que unos 800 ciudadanos alemanes fueron trasladados a campos de concentración en los estados Lara y Trujillo. En su libro El Tercer Reich en Venezuela, Quintero se queja de la escasa documentación disponible sobre tales campos. “Lamentablemente (…) ha sido un tema muy escasamente trabajado (…). Lo único que puede asegurarse con cierta certeza es que estos eran lugares destinados al aislamiento físico de aquellas personas consideradas peligrosas para la seguridad nacional. Sus métodos internos son desconocidos; no se lograron ubicar fuentes primarias que permitan hacer una reconstrucción histórica de su estructura, lineamientos, propósitos y mecanismos de funcionamiento. Las fuentes encontradas hablan, de forma sumamente superficial, de la existencia de estos centros de confinamiento y de los personajes que en ellos fueron recluidos”. Vicente Quintero, El Tercer Reich en Venezuela, ed. Independiente, 2019, p. 230.

[11] L. Cardona, “Una colectividad…”, op. cit.

[12] V. Quintero, El Tercer…, op. cit.

(Ernesto Villegas / Libro «Maja Mía»)


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