En la ciudad china de Tianjín concluyó este lunes la 25ª cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que se convirtió en la mayor de toda la historia de la unión.
En el evento participaron más de 20 jefes de Estado, incluidos los líderes de Rusia, China, la India, Turquía, Irán, Corea del Norte, Pakistán, así como el secretario general de la ONU, António Guterres, lo que subrayó la relevancia internacional del encuentro y la consolidación de la OCS como una de las principales plataformas multilaterales del espacio euroasiático.
Hacia un sistema de gobernanza global más justo
El líder chino, Xi Jinping, anfitrión de la cumbre, propuso a los países presentes trabajar «por un sistema de gobernanza global más justo y equitativo y avanzar hacia una comunidad con un futuro compartido para la humanidad». Además, sugirió crear un banco de desarrollo de la OCS, presentó una plataforma de cooperación para las industrias verdes y energéticas y prometió 1.400 millones de dólares en préstamos durante los próximos 3 años a los miembros de la organización.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, respaldó la iniciativa china, calificándola de actual en una situación en la que «algunos países siguen sin renunciar a su afán de dictadura en los asuntos internacionales».
«Precisamente la OCS podría asumir el liderazgo en los esfuerzos por crear un sistema de gobernanza global más justo y equitativo, que se basaría en la primacía del derecho internacional y en las disposiciones fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas. Sería verdaderamente equilibrado y tendría en cuenta los intereses del mayor número posible de países, garantizando las oportunidades para su desarrollo sostenible y su seguridad», subrayó.
La OCS, una plataforma para superar la turbulencia
Como indica la agencia china Xinhua, la organización posee el potencial de impulsar un sistema mundial más igualitario frente a décadas de predominio de la política de fuerza.
En el artículo se señala que en el contexto de un panorama internacional turbulento y cambiante, en el que persisten la política de poder y los conflictos regionales, la OCS, como plataforma clave de unidad y cooperación entre los países del Sur Global, está bien posicionada para desempeñar un papel positivo en la promoción de un mundo más igualitario, ordenado y multipolar, así como en la construcción de un sistema de gobernanza global más justo y equitativo.
De la jerarquía occidental a una estructura internacional diversificada
El analista ruso y redactor jefe de Russia in Global Affairs, Fiodor Lukiánov, considera que la cumbre de la OCS debe ser vista a través del prisma de los principales cambios en la arena internacional.
Lukiánov explica que, a pesar del carácter caótico general de los procesos, la dirección del movimiento del mundo está bastante definida: de las estructuras y jerarquías occidentalizadas hacia un sistema internacional mucho más diversificado. «A medida que el ensimismamiento de Occidente, su paso a la autodefensa y, en consecuencia, a la exclusión de todos los demás, se convierte en una realidad», agregó.
El fracaso del aislamiento de Rusia
En paralelo a la cumbre, The Washington Post informó que la presencia de Vladímir Putin demuestra que las sanciones occidentales no lograron aislar a Rusia.
En este contexto, el enviado especial de la Presidencia rusa para la cooperación económica con países extranjeros, Kiril Dmítriev, publicó una foto de los participantes de la cumbre de la OCS y bromeó: «Rusia ‘aislada’. Y nadie recuerda a [el expresidente de EEUU, Joe] Biden el ‘Fracasado'», escribió en X.
La unidad de Moscú, Pekín y Nueva Delhi
Según The Wall Street Journal, las imágenes de los líderes de Rusia, China y la India en un ambiente amistoso envían una señal clara a Estados Unidos. «El trato indulgente del presidente Trump hacia Vladímir Putin no ha hecho nada para alejar a Rusia de China. Su trato brusco hacia Narendra Modi, en cambio, está empujando a la India más cerca de Rusia y acercando sus relaciones con China», considera Michael Fullilove, director ejecutivo del ‘think tank’ australiano Lowy Institute.
Por su parte, el analista indio Rajat Sharma opina que las acciones de la administración de Donald Trump solo han acercado a las tres potencias euroasiáticas. «Por un lado, tenemos a Trump y a sus asesores adoptando un enfoque beligerante hacia la India, y por otro, la India está comprometida con una diplomacia silenciosa», escribió en India TV. «Si estos tres grandes países —la India, Rusia y China— se unen debido a los errores de Trump, es al presidente de EEUU a quien debe responsabilizarse. La contienda es entre un fanfarrón y planificadores silenciosos», añadió.
(RT)
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