Ha pasado casi un mes desde que el Gobierno de Estados Unidos trajo de vuelta la narrativa de que, desde el Gobierno de Venezuela se controla una red de narcotráfico, acusando sin ningún tipo de prueba al presidente de la República, Nicolás Maduro, de dirigir al supuesto “Cártel de los Soles”, pero, lo irónico en todo este asunto es que, la administración de Donald Trump ignoró por completo que, dentro de su administración tienen a una persona directamente vinculada al tráfico de drogas; y que ya ha sido demostrado incluso dentro de los tribunales norteamericano.
Medios internacionales como el New York Times, e incluso el Miami New Times, rescataron del subsuelo hechos que, a juicio de estos diarios, muchos han olvidado o simplemente han querido hacer de la vista gorda, pues recordaron que Marco Rubio, el senador de Miami que hoy en día es el Secretario de Estado, posee conexiones con el narcotráfico, ya que, es necesario recordar que su cuñado Orlando Cicilia posee antecedentes de tráfico de cocaína por un valor de 15 millones de dólares, por el cual fue condenado en 1989 a una pena de 30 de prisión, sentencia que no cumpliría por completo porque el senador Rubio, una década después, habría movido las influencias para liberarlo.
Otros medios, como The Washington Post, revelaron que, entre los años 2001 y 2002, Marco Rubio pidió a la División de Bienes Raíces de Florida que emitiera una licencia a Cicilia, luego de que este último fuera liberado de su condena, evidenciando la relación directa entre ambos y la manera en que manipuló el poder como estrella política en ascenso en Florida en pleno ejercicio.
“Conozco al Sr. Cicilia desde hace más de 25 años (…) Lo recomiendo sin reservas para su licencia”, reza parte de la misiva difundida por Washington Post.
También develó este medio que Cicilia ha asistido a algunos de los eventos de campaña de Rubio y sus hijos han recibido pagos por trabajos asociados con sus operaciones políticas a lo largo de los años. Como si eso fuera poco, el actualmente secretario de Estado juró en 2011 que no tenía conocimiento de las actividades ilícitas de su cuñado, ni él, ni su familia, pero, un testimonio no publicado previamente, extraído de una revisión de más de 700 páginas de registros judiciales federales desmintieron su alegato su versión, dejando en manifiesto su falta de honestidad, no solo en este caso, sino en toda su carrera política.
Incluso, hoy día, esa sombra sigue persiguiéndolo, aunque haya buscado mil y un formas de deslindarse con toda esa trama, señalando que esa faceta de Orlando Cicilia ha quedado atrás y que ahora es un ejemplo para la sociedad.
(Laiguana.tv)
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