Este lunes 22 de septiembre, Italia vive una huelga general de 24 horas convocada por sindicatos en solidaridad con Palestina. Las demandas principales incluyen suspender las ventas de armas italianas a Israel, imponer sanciones y redefinir la política exterior del Estado a partir de los derechos humanos.
El paro, que comenzó a medianoche, afecta varios sectores públicos y privados: transporte público local, ferrocarriles nacionales, escuelas, logística y puertos. Los sindicatos informan que el seguimiento del paro ha sido elevado en muchos de estos sectores, y que los principales puertos del país están paralizados en uno u otro grado.
En Roma, una concentración frente a la estación Termini reunió a miles de personas esta mañana, incluyendo estudiantes, docentes y trabajadores. Manifestaciones similares se registran también en ciudades como Milán, Génova, Nápoles y Bolonia, con cortes de calles, accesos bloqueados y afectaciones al transporte urbano.
Los sindicatos de base organizadores —Unione Sindacale di Base (Unión Sindical de Base), Confederazione Unitaria di Base (Confederación Unitaria de Base), Associazione Diritti Lavoratori Cobas (Asociación por los Derechos de los Trabajadores Cobas) y Sindacato Generale di Base (Sindicato General de Base)— han señalado que la huelga se extiende más allá de la solidaridad internacional, vinculando la protesta al alza del costo de vida, la precarización del empleo y el gasto militar creciente.
Varias líneas ferroviarias han sido canceladas o presentan retrasos. En algunas ciudades, el metro y los autobuses locales funcionan de forma parcial o intermitente. Instituciones educativas han cerrado aulas; en otras, estudiantes abandonaron clases para unirse a las protestas.
La participación estudiantil ha sido uno de los elementos más visibles de la protesta de hoy, con jóvenes y profesores organizando marchas locales y ocupaciones simbólicas de espacios públicos, para expresar oposición tanto al conflicto humanitario en Gaza como a las políticas estatales de Italia relacionadas con la cooperación militar.
El mensaje de los organizadores y participantes se centra en detener el suministro de armas, romper vínculos con industrias militares y priorizar la defensa de la vida civil.
Las imágenes difundidas desde diversas ciudades muestran un amplio consenso entre sectores populares que rechazan el uso de fondos públicos para financiar conflictos y exigen un modelo económico centrado en las necesidades sociales, no en la industria bélica.
(TeleSUR)
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