Los países integrantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) trabajan para preservar la Declaratoria de Zona de Paz para la región latinoamericana y caribeña, establecida en La Habana en 2014, y promueven la realización de una Gran Conferencia de Paz del más alto nivel, informó el secretario ejecutivo del bloque integrador, Rander Peña.
Desde Nueva York, donde por mandato de los presidentes y jefes de Estado, ALBA desarrolla el foro del Consejo Político en el marco de las sesiones de la 80 Asamblea de Naciones Unidas (ONU), Peña informó que la Alianza Bolivariana está alerta por las verdaderas intenciones del despliegue militar imperial en el Caribe. Y ante la preocupación y la denuncia, se trabaja en una respuesta asociada a la acción.
Así, la Alianza Bolivariana evalúa diversas dinámicas e iniciativas. “Una de ellas es promover la Gran Conferencia por la Paz, que debe ser del más alto nivel en América Latina”, informó.
Adelantó que en Naciones Unidas, los cancilleres de los países suramericanos y caribeños han concretado reuniones virtuales y presenciales, para evidenciar la gran hipocresía del régimen imperial con el tema de su supuesta lucha contra “el narcotráfico”, y estas mentiras imperiales se han confrontado con la verdad.
Reiteró la denuncia por la violación flagrante del Tratado de Tlatelolco, mediante el despliegue de capacidades nucleares por parte de potencias extranjeras sobre territorios declarados como desnuclearizados, lo cual representa una grave agresión al equilibrio regional y al derecho internacional.
Fachada de mentiras para un cambio de régimen:
Peña asegura que existe una verdad inocultable frente a la “fachada” que presentan las potencias extranjeras para justificar el despliegue de su artillería militar y nuclear en la región. “Usan todo esto como una gran fachada, lo que nosotros hemos advertido de manera permanente, para generar un cambio de régimen en Venezuela”.
Califica dicha narrativa como una gran mentira, que pretende encubrir acciones de carácter intervencionista y desestabilizador, al violar principios fundamentales del derecho internacional y poner en riesgo la paz de América Latina y el Caribe.
“Ninguna potencia, por más autoritaria que sea su proyección internacional, tiene derecho a intentar imponer su visión supremacista sobre pueblos que han decidido ser libres y soberanos”, recalcó.
(VTV)
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