El presidente colombiano, Gustavo Petro, demandó este miércoles a las autoridades estadounidenses que presenten información que permita refutar que en una de las embarcaciones atacadas por fuerzas de EEUU en el Caribe viajaban ciudadanos colombianos, afirmación por la que Washington le exigió una retractación pública.
«Que la Casa Blanca nos dé la información de las personas que han muerto por misiles de los EEUU, para saber si mi información es infundada», reclamó el mandatario en una publicación de X, comentando un mensaje donde se reseñaba la exigencia del Gobierno de EEUU, enviada como respuesta al periodista colombiano Juan Camilo Merlano.
Un funcionario estadounidense no identificado le escribió a Merlano el siguiente mensaje: «EEUU espera que el presidente Petro se retracte públicamente por su declaración infundada y reprochable, para que podamos retomar un diálogo productivo orientado a construir un futuro fuerte y próspero para los pueblos de EEUU y Colombia».
Esta misma jornada, el dignatario aseveró que había «indicios» de que la última embarcación bombardeada por fuerzas estadounidense en aguas internacionales del mar Caribe «era colombiana con ciudadanos colombianos en su interior».
Manifestó asimismo que «se ha abierto un nuevo escenario de guerra: el Caribe» y, en esa dirección, sostuvo que «no hay una guerra contra el contrabando», sino «una guerra por el petróleo», que «debe ser detenida por el mundo». «La agresión es contra toda América Latina y el Caribe», aseveró.
Las críticas de Petro
El dignatario colombiano ha cuestionado abiertamente la eficacia de la política antidrogas de Washington en la región, al considerar que criminaliza a los campesinos que siembran cultivos ilícitos y a los traficantes de poca monta, mientras que prescinde de acciones destinadas a frenar la demanda y deja incólume las estructuras de lavado de dinero, así como a los grandes capos del negocio.
Sus comentarios asumieron un tono más beligerante tras el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, presentado como una acción contra los cárteles donde figura como principal señalado Venezuela, pese a que los informes especializados dan cuenta de su papel decididamente marginal en el trasiego de sustancias ilícitas hacia el norte del continente.
Así, Petro se ha sumado a las voces que cuestionan el Cártel de los Soles, una supuesta entidad narcotraficante cuya existencia no ha sido probada, pero que EEUU asegura que estaría dirigida por el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«El Cártel de los Soles no existe, es la excusa ficticia de la extrema derecha para derribar gobiernos que no les obedecen. El paso de cocaína colombiana por Venezuela lo controla la ‘Junta del Narcotráfico’ y sus capos viven en Europa y Oriente Medio», esgrimió en X.
Del mismo modo, ha repudiado abiertamente el bombardeo de pequeñas embarcaciones en aguas caribeñas, al estimar que, según se desprende de la versión de las autoridades estadounidenses, sus tripulantes fueron ejecutados extrajudicialmente, al margen de lo que consagra el derecho internacional y de lo estipulado en los protocolos para la interceptación de presuntas ‘narcolanchas’.
Agresión de EEUU en el Caribe
En agosto, medios internacionales informaron sobre un despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe, supuestamente para enfrentar a los cárteles de la droga. Paralelamente, la fiscal general de EEUU, Pam Bondi, duplicó la recompensa por información que condujera al arresto de Maduro bajo la acusación —nunca sustentada— de liderar un «cártel de narcotráfico».
Hasta el momento, Washington afirma haber bombardeado cinco embarcaciones en el Caribe, que han dejado al menos 21 víctimas mortales. En la región, Colombia ha tildado estas muertes de «asesinatos». Del mismo modo, organismos internacionales como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos han manifestado que «las personas no deben morir por usar, vender o consumir drogas».
Tras el despliegue militar estadounidense, los cancilleres de bloques, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), han pedido que se respete la declaración de la región como una zona de paz.
Maduro sostiene que su país es una presa de «una guerra multiforme» orquestada desde EEUU en interés de propiciar un «cambio de régimen».
(RT)
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