sábado, 11 / 10 / 2025
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Conozca el historial fascista de María Corina Machado que no limpia el Nobel de la Paz

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Diversas investigaciones y denuncias revelan que el historial político de la opositora venezolana de extrema derecha, María Corina Machado, está marcado por la promoción de la violencia y planes conspirativos que han comprometido la soberanía nacional, lo que genera una profunda paradoja ante el reciente anuncio de que el comité noruego la ha elegido para el Premio Nobel de la Paz 2025.

La distinción, otorgada por su supuesto «incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos», contrasta con sus acciones documentadas, que incluyen pedidos de intervención militar para su propio país y un papel central en la agenda de bloqueo y asfixia económica que afecta directamente al pueblo venezolano.

Impulso de sanciones y bloqueo: el ataque al pueblo venezolano

El eje de la política de Machado ha sido la promoción activa de agresiones externas contra Venezuela. Se le atribuye la labor incansable de abogar ante potencias extranjeras por la imposición de sanciones de todo tipo, que han estrangulado la economía.

Esta postura se reafirma con la investigación abierta de la Fiscalía de Venezuela contra la opositora en noviembre de 2024 por conspirar con la Administración Biden para impulsar el proyecto de ley estadounidense «Bolívar,» que buscaba aumentar el aislamiento económico del país.

Sumado a esto, se documentan las solicitudes de invasión militar, entre ellas la del 2014 ante la Organización de Estados Latinoamericanos y Caribeños (OEA) como en 2018 al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien perpetra una guerra genocida contra la Franja de Gaza.

Acusaciones de narcotráfico y saqueo nacional

Entre las múltiples acciones atribuidas a la opositora contra la estabilidad de Venezuela, destaca su vinculación con el narcotráfico transnacional. A finales de 2024, las autoridades de la nación suramericana desarticularon una red criminal que operaba en los estados Zulia y Falcón, que utilizaba sofisticados métodos de contrabando como el «buche de pescado» para conectar el Lago de Maracaibo con rutas marítimas hacia el Caribe y Europa.

La figura central de esta red es el empresario camaronero José Enrique Rincón, dueño del Grupo LAMAR, que pasó de producir 3.000 a más de 100.000 toneladas de camarones anuales, controlando el 80 por ciento del mercado de exportación a la Unión Europea.

La relación entre Rincón y Machado era clave para financiar operaciones golpistas, utilizando las exportaciones acuícolas como fachada para el tráfico de drogas. La acción estaba destinada a impedir la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro el pasado 10 de enero de 2025.

Según las investigaciones, se estableció que Rincón financió las actividades políticas de María Corina Machado a cambio de una promesa de impunidad y la garantía de apoyo logístico esencial para expandir sus operaciones delictivas.

En esta misma línea, el analista Vincenzo Caruso afirmó que estas operaciones formaban parte de un oscuro pacto que implicaba la entrega de rutas estratégicas de narcotráfico a la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos a cambio de garantizar el respaldo internacional a la oposición extremista venezolana en su «búsqueda desesperada por alcanzar el poder».

Estas denuncias se complementan con investigaciones que han evidenciado reuniones entre Machado y grupos del narcotráfico en Colombia, incluyendo lazos cercanos con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, conocido por sus vínculos con grupos paramilitares.

A esto se añade la denuncia de marzo de 2025 sobre la oferta de activos nacionales a Elon Musk, que habría incluido la entrega de recursos petroleros, el Sistema Eléctrico Nacional y zonas estratégicas, un acto calificado como traición a la patria.

También se recuerda su complicidad en el saqueo económico, al estar implicada en la entrega a manos extranjeras de activos como CITGO y Monómeros, y el bloqueo de 31 toneladas de oro por el Reino Unido, acciones cuyos perjuicios económicos son de aproximadamente 140 mil millones de dólares.

Historial de conspiración, fracasos y violencia

A pesar de la imagen de «líder influyente» que mantiene, aunque ya debilitada, gracias a la manipulación mediática y el control de narrativas en redes sociales, la trayectoria de María Corina Machado está marcada por el golpismo y el fracaso político desde 2002, dejando a sus seguidores en la decepción.

El primer gran hito de su historial es su participación en el Golpe de Estado de 2002, al firmar el Decreto de Carmona, acción que la identificó como una figura cercana al fascismo. Posteriormente, fundó la Organización No Gubernamental (ONG) SÚMATE, financiada por entidades estadounidenses como la National Endowment for Democracy (Fondo Nacional para la Democracia), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el National Democratic (Instituto Nacional Demócrata), desde donde impulsó el fracasado paro petrolero, en un intento también de asfixia económica.

Esta trayectoria de desestabilización continuó en 2014, cuando fue una de las principales promotoras del plan «La Salida,» que desató las terroristas «guarimbas». Estos actos de violencia, que ella defendió abiertamente, y que buscaban derrocar al Gobierno del presidente Nicolás Maduro resultaron en la trágica muerte de más de 43 personas.

Sumado a la promoción de la violencia, su carrera política ha enfrentado fracasos electorales y descrédito. Sus intentos por revertir la voluntad popular han fallado sistemáticamente, desde el referéndum revocatorio de 2004 contra el comandante Hugo Chávez hasta obtener un escaso 3.7 por ciento en las primarias presidenciales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en 2011.

Adicionalmente, fue destituida como diputada de la Asamblea Nacional en 2015 por aceptar un cargo en el extranjero. Asimismo, los esfuerzos de Machado y otros opositores para solicitar un referéndum revocatorio presidencial en 2016 fracasaron al violar los plazos establecidos en la Ley, generando una nueva frustración.

Posteriormente, a lo largo de 2017, Machado se dedicó activamente a gestionar sanciones y bloqueos contra Venezuela. Explicó a sus seguidores que esta «presión» buscaba debilitar y quebrar al Gobierno bolivariano, mientras que, con el apoyo de medios internacionales, intentaba desmentir su participación en estas gestiones y presentarse como una demócrata que «lucha» por su país.

Machado lidera conspiraciones terroristas

Entre las múltiples acciones, resulta relevante el reciente intento de atentado en la Plaza Venezuela de Caracas, capital venezolana, el domingo 23 de junio de 2025. El objetivo era detonar un dispositivo de tres kilogramos de TNT oculto en una mochila, con el Monumento a la Victoria como blanco simbólico.

En un desarrollo paralelo, el 9 de agosto del corriente año, se anunció el desmantelamiento de una base logística y un gran arsenal en Maturín, estado Monagas. En el almacén se incautaron más de 54.000 cargas huecas y cordones detonantes, además de dispositivos explosivos y municiones de alto calibre. La operación resultó en el arresto de 21 individuos e identificó planes de ataques coordinados y sabotajes contra infraestructura estratégica clave (energía, transporte, comunicaciones).

Las autoridades venezolanas han señalado directamente a María Corina Machado a la cabeza de estas conspiraciones terroristas, acusándola de orquestar unidades violentas clandestinas en alianza con sectores extremistas vinculados al Gobierno de Estados Unidos.

Las investigaciones señalan que Machado y su facción de extrema derecha no cesan en sus intentos de desestabilización, utilizando el terrorismo, los ataques a la infraestructura y el financiamiento externo como herramientas para forzar un cambio de Gobierno. Los planes desmantelados confirman la continua amenaza que representa este sector para la paz y la seguridad de la nación.

Rechazo ciudadano al rol fascista de Machado

En un reflejo del sentir popular frente a esta agenda de agresión y fracaso, un estudio reciente de la encuestadora Datanálisis (septiembre) reveló que el rol de María Corina Machado como dirigente opositora es rechazado por el 64.6 por ciento de los venezolanos.

La percepción negativa sobre María Corina Machado es mayoritaria, con un 26.5 por ciento de los encuestados que calificó su rol como «muy malo» y un 20.3 por ciento que lo definió como «malo». En contraste, su opinión favorable es mínima: apenas el 18.6 por ciento de los consultados expresó una opinión positiva, con solo un 5.7 por ciento, considerándolo «bueno».

(Laiguana.tv)


 

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