Recientemente se descubrió que el último ataque perpetrado por militares estadounidense contra una embarcación en aguas internacionales del Caribe resultó en el asesinato de seis personas, de las cuales, dos eran oriundos de Trinidad y Tobago.
Una de las víctimas fatales fue identificada como Chad Joseph, mientras que la otra responde únicamente al nombre de «Samaru». En el caso de Joseph, sus abuelos, Cornel y Cristine Clement, negaron a medios de comunicación de la isla caribeña que su nieto estuviera implicado en supuestas actividades vinculadas al narcotráfico.
«Lo veo como una maldad ¿Por qué estas matando a tu propia gente? Eso no se supone que sea así. El niño no es un narcotraficante, él va y regresa», expresó Cornel.
El joven Chad habría intentado en tres oportunidades regresar a su tierra natal, sin embargo, las embarcaciones en las que viajó han sido blanco de hostigamientos de fuerzas norteamericanas cercanas a costas venezolanas.
«La primera vez que venía le dispararon al bote, él sobrevivió en una pequeña playa», dijo Clement.
(Laiguana.tv)
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