Este 19 de octubre se oficializó canonización del Dr. José Gregorio Hernández, en Roma Italia y el milagro que logró su beatificación fue concedido en el 2017 con el caso de la niña Yaxury Solórzano Ortega de 10 años de edad.
De acuerdo con un reportaje realizado por el medio Extra News Mundo, los hechos para llegar hasta la canonización se registraron a partir del 10 de marzo del referido año 2017 en el caserío Mangas Coveras, ubicado en el municipio San Jerónimo de Guayabal. en el estado Guárico, punto límite con el estado Apure.
El pasado 8 de marzo del 2017, la jovencita junto con su madre acompañó a su papá, Julián Solórzano, para realizar una visitar a su abuela, de regreso los sorprendieron unas personas para robarles la moto.
“Estaba un hombre en el camino y me dijo que me parara, no me paré. Entonces sacó un arma y me echó un tiro, yo no me paré de ninguna forma”, narró Solórzano.
De pronto, se percató que la muchacha se cayó y la vio ensangrentada, en medio de la desesperación se oían lo gritos de la madre, Carmen Ortega, quien al llegar a la casa le pidió a su otra hija, Yeisi: “Consígueme un motor, un carro, yo necesito sacar a Yaxuri y ella me decía ‘mamita está muerta’ y le contesté que no”.
Mientras tenía a la niña en sus brazos sintió “cuando se le rompió todo el huesito de la cabeza y le salió la masa cefálica”.
Ante esta situación, la señora explicó que se arrodilló en el suelo y exclamó: “¿Dr. José Gregorio Hernández que voy a hacer ahora? No tengo plata, no tengo nada. Soy una madre pobre, ¿Cómo voy a sacar a mi hija adelante? Sálvame a mi niña que yo te la doy en forma de una muñequita de plata”.
La mujer sin saber cómo iba a cumplir todo aquello, lo prometió. “Él llegó a donde estaba, me puso la mano en el hombro vestido de blanco y dijo: ‘Tranquila que a ella no le va a pasar nada. Tenga fe y más nada. Use el alcohol que ese es el oxígeno que ella va a tener’, y se me fue”.
Después de este contacto con el hoy santo, dejó de llorar y se le quitó la desesperación. Se llenó de paz y fortaleza. “Me llené de una paz tan bella”, afirmó.
Previamente, ya se estaban adelantado diligencias para conseguir que José Gregorio Hernández fuera declarado santo. En este sentido, el presidente Nicolás Maduro le solicitó al sacerdote Jesuita José Numa que llevara una carta al Papa y la mañana del 14 de agosto de 2013 se encontró con el sumo pontífice Francisco y el primer punto del texto trataba sobre la beatificación de José Gregorio.
“El Papa me encomienda que regrese y vea en qué estado se encuentra esa situación. Me vengo a ver qué podía hacer, pero me fue imposible, las circunstancias no me eran favorables. El postulador para la causa en ese momento tenía mucho sigilo, lo que me resultaba muy preocupante”, comentó Molina.
Posteriormente, explica Molina, el secretario privado del Papa, monseñor Pedaccio, “me dijo, el Santo Padre le comunica que entiende la situación que le pasa y que no te preocupes, que dejemos todo en las manos de Dios, eso fue todo y en las manos de Dios quedó”.
En el intento de robo, a Yaxuri la alcanzó una bala en su cabeza, concretamente en la zona tempoparietal derecha. Cuatro horas después de ser llevada por caminos intrincados y en lancha a través del río llegó al hospital de la capital apureña.
La madre narró que la doctora encargada de atender a su niña manifestó en el momento del ingreso: “Está mal, se está muriendo”. Seguidamente salió el doctor Alexander Krinitzki de la Unidad de Cuidados Intensivos y ella vio cuando “entró el Dr. José Gregorio Hernández, tocó a Yaxuri de los pies a la cabeza y de cabeza a los pies. Me dijo: ‘Tranquila que a ella no le va a pasar nada, a ella lo voy a operar soy yo’”.
“Ahorita en sus manos, si usted no tiene fe, usted no tiene nada, usted puede tener lo que tenga, pero usted no tiene nada”, reflexionó la mujer.
En enero 2018, el padre Numa conoció a un médico, especialista neurocirujano quien le contó de un acontecimiento que le pareció muy extraño. Era el caso de la niña que había operado en San Fernando de Apure y que él creía quedaría en vida vegetativa, sino moría.
El galeno Krinitzki detalló al respecto: “El 10 de marzo 2017 Yaxuri sufre una herida de fuego a corta distancia que, en principio era una herida técnicamente mortal, la logramos atender 36 horas posteriores a este evento a todo tiempo de que lo que nosotros hicimos como neurocirujano, fue un evento quirúrgico básico, una limpieza quirúrgica, solamente una cirugía de control de daños”.
Para el especialista resultó una gran sorpresa cuando 10 días después, Yaxuti se presentó en su consultorio totalmente normal, como si nada de esto le hubiese pasado “y así lo dejamos en evidencia en un video que, sin ningún pensamiento religioso para ese momento, lo realizamos pensando en lo impresionante del resultado de la cirugía y que queríamos presentar el caso como un caso excepcional”, acotó.
Con estos acontecimientos, al padre Numa se preguntaba si no iba a ser el mencionado caso “el milagro de José Gregorio Hernández, el milagro que hace falta para la beatificación”.
Por lo tanto, llamó al doctor y le preguntó si había consultado a la madre sobre si hizo alguna petición a un santo. Sin embargo, el especialista asomó que sería complicado, ya que tenía más de año y medio que no sabía nada de estas personas.
“Le digo, pero y si acaso la llega a ver, le puede preguntar y me dijo ‘claro, padre, pero lo único, es que no me comprometo porque la señora vive muy lejos y esa es una zona que no tiene comunicación”, relató Molina.
No obstante, “la semana siguiente, la señora le llegó al consultorio con la niña que fue a hacer algunas diligencias en San Fernando de Apure. El doctor cuenta que incluso se reía y la señora preguntó si se estaba burlando de ella. Y le dice, no, es que me da risa de ver lo que está pasando porque yo quería verla», comentó el padre.
Entonces, el médico realizó la pregunta y la mujer afirmó que le pidió a José Gregorio Hernández porque “dicen que es muy milagroso, que ayuda a los pobres y yo me sentí la más pobre en ese rincón donde estaba con mi niña herida y tan lejos”.
Entonces, así fue como se fueron armando las cosas, “pero eso ya fue parte del milagro”, aseveró el sacerdote.
“Todas las condiciones estaban en contra de su supervivencia y más aún, en contra de que pudiera llevar después una vida normal en ausencia con un déficit neurológico”, reveló el doctor sobre la condición de la jovencita.
Transcurrido un tiempo, Yaxuri tuvo un hijo mediante cesárea a sus 18 años de edad y aseguró que el Médico de los Pobres la acompañó.
Ahora quiere estudiar medicina, y destacó que para ella “la es esperanza como la familia que se reúne, se mantiene unida entre ellas”. “Valoren a su familia, también tengan en cuenta que Dios existe y que un hogar sin Dios no es un hogar”, comentó la joven.
(Laiguana.tv)
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