La Administración Federal de Aviación (FAA) anunció este miércoles una reducción del 10% del tráfico aéreo en al menos 40 aeropuertos de alto volumen a partir del viernes, como medida preventiva ante la escasez de personal causada por el cierre de Gobierno estadounidense.
La decisión, que afectará tanto vuelos domésticos como internacionales, busca garantizar la seguridad operativa en medio de un escenario de creciente ausentismo entre los controladores de tráfico aéreo, muchos de los cuales trabajan sin recibir salario desde el inicio del cierre administrativo.
El administrador de la FAA, Bryan Bedford, explicó que la medida es necesaria para evitar incidentes por sobrecarga de trabajo en los centros de control. “No vamos a esperar a que surja un problema para actuar. Las presiones de personal son reales y no podemos ignorarlas”, declaró Bedford.
El funcionario agregó que tanto él como el secretario de Transporte, Sean Duffy, sostendrán reuniones con representantes de las aerolíneas para coordinar la aplicación progresiva de la reducción y definir cuáles rutas o aeropuertos serán priorizados.
Entre los principales aeropuertos potencialmente afectados se incluyen los de Atlanta, Chicago, Nueva York, Los Ángeles, Dallas y Miami, que concentran la mayor parte del tráfico nacional e internacional del país.
Las asociaciones de pilotos y sindicatos aeronáuticos han advertido que la medida podría generar cancelaciones masivas, retrasos y un aumento de costos operativos, en un contexto en el que el transporte aéreo estadounidense apenas se recuperaba del impacto económico de la pandemia y de los conflictos laborales en la industria.
“Cuando los trabajadores esenciales no cobran, el sistema se paraliza. Esto es lo que ocurre cuando el gobierno federal es rehén de disputas políticas internas”, señaló el vocero del sindicato National Air Traffic Controllers Association, que agrupa a más de 15.000 controladores.
El cierre de Gobierno estadounidense, el tercero desde 2019, se debe al bloqueo presupuestario entre el Congreso y la Casa Blanca, controlada por el presidente Donald Trump, quien se ha negado a firmar la ley de financiamiento federal sin incluir recursos adicionales para operaciones militares en el extranjero y el refuerzo fronterizo con México.
Cientos de miles de empleados públicos trabajan sin remuneración o han sido suspendidos, afectando áreas críticas como transporte, seguridad, educación y salud pública.
(teleSUR)
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