LUIS-ALMAGR-OEA-C.jpg

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, este jueves utilizó las redes sociales para lanzar duras críticas al Gobierno de Venezuela, tras una carta abierta dirigida a Elías Jaua, excanciller venezolano.

 

La misiva de Almagro fue respuesta a una carta que recibió de Jaua, el pasado 9 de septiembre. A través de su cuenta en Twitter ‏@Almagro_OEA2015 el secretario de la OEA publicó: “Comparto con ustedes mi respuesta a Elías Jaua  @JauaMiranda http://bit.ly/1UYgjHn”.   

 

En el comunicado estructurado en seis capítulos, Almagro calificó literalmente como dictador al Gobierno Socialista, defendió y admitió sus constantes encuentros con la oposición venezolana en territorio colombiano y su ofrecimiento de enviar observación electoral de la OEA, para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

 

“He repetido en varias ocasiones que mi deber es recibir a gobiernos y a oposición, y así lo he hecho, con varios países, y sí, con el opositor Henrique Capriles o Manuel Zelaya”, citó en la carta pública.

 

Acá el comunicado completo:

  

Carta abierta a Elías Jaua

1

Ninguna revolución, Elías, puede dejar a la gente con menos derechos de

los que tenía, más pobre en valores y en principios, más desiguales en

las instancias de la justicia y la representación, más discriminada

dependiendo de dónde está su pensamiento o su norte político. Toda

revolución significa más derechos para más gente, para más personas.

 

La Democracia es el gobierno de las mayorías, pero también lo es

garantizar los derechos de las minorías. No hay democracia sin garantías

para las minorías. Y en ese sentido, he repetido en varias ocasiones que

mi deber es recibir a gobiernos y a oposición, y así lo he hecho, con

varios países, y sí, con el opositor Henrique Capriles o Manuel Zelaya,

pero también oposición de Jamaica, Belize o Guatemala, por nombrar

dos opositores pertenecientes a familias ideológicas diferentes.

 

Y en el mismo sentido saludé la liberación de opositores, fue un saludo a

las garantías para las minorías, pero quien me critica por esto, parece no

comprender la importancia del respeto a las minorías y lo importante que

es que un gobierno le dé garantías a esas minorías. “Quizás esté

equivocado, porque yo me equivoco mucho; pero lo digo como lo

pienso”, como dijo José Mujica, y lo seguiré haciendo, pues no se puede

entender el respeto a la Democracia por parte de un Secretario General

que sólo se reúne con los representantes del gobierno de un país y le da

la espalda a la oposición, a las minorías.

 

Los principios, primero siempre

Hay algo que está por encima de cualquier comunidad ideológica,

son los valores republicanos esenciales, de los cuales no podemos

prescindir en ningún pensamiento, porque hacen al derecho de los

pueblos y hacen a las garantías que les debemos a cada uno de los

ciudadanos y ciudadanas. Ojalá pudiéramos repetir esta carta de un

 

2

revolucionario uruguayo de 1904 juntos, algo que es esencial en mi

pensamiento:

“Es por eso, hermano, que estoy en donde estoy, y aquí estaré al morir.

En el bando de los administradores de buena fe; en el partido de las

probidades presidenciales, junto a aquellos que suben y bajan pobres

del poder.

La patria es algo más de lo que tú supones; la patria es el

poder que se hace respetar por el prestigio de sus honradeces y por la

religión de las instituciones no mancilladas; la patria es el conjunto de

todos los partidos en el amplio y pleno uso de sus derechos; La patria

es la dignidad arriba y el regocijo abajo.”

Esto tiene que valer para todo partido político, para toda posición

ideológica.

 

Observación Electoral el 6/12

Por eso, también pedí la oportunidad de hacer una observación

electoral en Venezuela, porque las garantías son para todos y no

para algunos. Está muy bien que el Gobierno y el Partido de

Gobierno confíen en el sistema electoral venezolano, pero la

oposición también está pidiendo una garantía más para el día de la

elección y es nuestra participación.

 

Y cuando te piden una garantía más y no se la das, se la quedas

debiendo. Y si yo no la ofrezco, estoy en falta. Y si no les das esa

garantía y hay un fondo político para no hacerlo, eso es además

injusto.

De buena fe he ofrecido quizás uno de los servicios de mayor calidad

que tiene la OEA, que es la observación electoral, para así brindar

seguridades a todos los sectores del país sobre el proceso del 6 de

diciembre. Yo sé que Venezuela tiene uno de los procesos electorales

de mejor calidad, pero entiendo que nuestra presencia puede ayudar

 

3

a que las minorías políticas de hoy en Venezuela lo comprendan

asimismo. Nuestro ofrecimiento de apoyo, coordinado con las

autoridades electorales venezolanas, se unía así al esfuerzo de

UNASUR, y de hecho favorecería a todos los sectores del espectro

político y al gobierno, ya que se ubica por encima de intereses

partidarios; favorecería al pueblo de Venezuela, porque el pueblo es

Gobierno y es oposición, es el que tiene y el que no tiene, es de

cualquier edad, sexo, religión, raza. Porque las elecciones son para

todos, para que todos en igualdad ante la ley puedan elegir o puedan

ser candidatos, porque sólo al pueblo le corresponde decidir si

determinado político no va más.

 

El día que fui electo Secretario General dije esto, parafraseando a Raúl

Sendic: “Si nos ponemos a discutir sobre las cosas que vemos

diferentes, vamos a pasar una vida discutiendo; si trabajamos en lo

que estamos de acuerdo, vamos a pasar una vida trabajando”.

No soy como el árbitro que cobra cuando le grita la tribuna

Mi visita a Cúcuta no se trató de apoyar a colombianos,

venezolanos, o colombo-venezolanos, se trató de ver de cerca la

realidad de compatriotas latinoamericanos humildes, que atraviesan

una situación penosa.

 

Y luego de estar allí, hablando con quienes no mienten, los niños,

trabajadoras y trabajadores humildes, no comparto la expresión

“crisis humanitaria” que se ha acuñado por diferentes actores a

nivel internacional, pero sí es una situación penosa que están

atravesando unos miles de personas y cientos de niños que requieren

en forma urgente la reunificación familiar. Y de unos cuantos miles

que perdieron todas sus humildes posesiones. Y quien se cree de

izquierda y no es sensible a esta penosa realidad humanitaria no

 

4

merece llamarse de izquierda, ni tiene autoridad moral para

criticarme.

Hace poco alguien me recriminó porque no hablé en el reciente

Consejo Permanente de la OEA que abordó el tema, pero es que yo

no soy como el árbitro que cobra al grito que viene de la tribuna,

tengo que verlo con mis propios ojos. Cuando lo vi, hablé claro y

dije lo que había que decir. He visto que algunas cosas las han

empezado a hacer, como el asegurar derechos a los niños

(principalmente la educación) o la reunificación familiar. Tan mal

no estarían entonces estas observaciones. Quizás vos mismo te has

emocionado al ver las escenas de reencuentro familiar.

Y en el mismo sentido, y para no cobrar al grito, pedí también la

sentencia de Leopoldo López, para documentarme, para saber

exactamente de qué se trata y qué pasó. Para no tener dudas al

respecto. O la menor cantidad posible.

 

“Vengo del sur, y como tal, cargo inequívocamente con los millones

de compatriotas pobres de América Latina, patria común”, dice José

Mujica, y yo soy un simple militante de ese pensamiento.

Hoy en nuestra América, la América en la que reina tanta injusticia,

donde las oportunidades siguen sesgadas y aún en buena medida

dependen del lugar donde uno haya nacido, o el género, la raza, o la

cuna social, quienes bregamos para que el progreso sea compartido por

todos deberíamos poder tener un diálogo sin descalificadores epítetos.

Aspiramos a una nueva OEA, una OEA que esté cerca de la gente, que

sea un bastión de la democracia y los Derechos Humanos, una OEA que

rompa con lo más oscuro de su tradición, y en ese sentido no

tuve ninguna duda en pedir una disculpa al pueblo de República

Dominicana por la barbarie histórica que cometió la OEA al validar la

intervención militar norteamericana de 1965.

 

5

 

Siempre del lado de los débiles, ahí estaré

Quienes me llevaron a la Secretaria General, incluyendo a Venezuela, lo

hicieron por esa razón.

 

“Nuestro mundo necesita menos organismos mundiales…, y más

humanidad y ciencia”, suele decir Mujica, y en el tiempo que me queda

en este cargo intentaré que la humanidad, los derechos humanos, el

trabajo con, por y para los más débiles, sea mi razón de trabajo.

Como lo hice en cada uno de los casos a los que te referís en tu carta,

porque lo que es para vos motivo de ataque es para mí motivo de

orgullo. Es de todas formas un elogio a mí como hombre de acción y de

pensamiento.

 

Y ya lo hemos discutido. Con cada acción que he llevado adelante he

procurado garantizar los derechos de todos, eso no me hace menos

bolivariano ni menos de izquierda. Al contrario.

No voy a hacerte una casuística de lo que estamos haciendo o de lo que

vamos a hacer, pero consta que queda mucha injusticia por derribar,

queda mucha discriminación por terminar, queda mucha pobreza por

resolver y quedan muchas inequidades por destruir. Y no voy a transar

nunca. Estaré siempre del lado del más débil, del más discriminado y del

más pobre. Algunas de ellas aparecen en mi carta, otras en la tuya.

La justicia que debemos construir tiene que sostenerse en la ley, y

debemos sostener las leyes en la dimensión ética de los principios que

surgen de la acción moral. “Todos los que están agobiados por la

injusticia deben ser nuestros protegidos”. Y no habrá ninguna razón

para que nos callemos ante eso, cuando falten garantías del debido

proceso, cuando haya denegación de justicia o cuando existan

condiciones infamantes.

 

6

 

Hace poco, la reconocida jueza uruguaya Mariana Mota decía: “Pero las

democracias no aseguran por sí solas que estas discriminaciones se

superen sino que solamente habilitan ámbitos para que se puedan

abordar esas inequidades y trabajar para superarlas. Las

segregaciones y vulneraciones de derechos se verifican también en

democracia, y aun dentro de los programas que pretenden superarlas.”

Debemos trabajar permanentemente para hacer las cosas mejores. Debe

construirse permanentemente sobre nuestras acciones.

 

“Lo que involucra a los derechos humanos no es neutro, no puede

serlo, porque parte de analizar determinada realidad y decidirse a

modificarla, identificándose y eligiendo estar del lado de la víctima (o

del débil, o del sufriente), optando por un modelo que enfrente la

desigualdad, que se proponga construir una sociedad sin

discriminaciones, sin excluidos, participativa, valorando las

diferencias como elementos esenciales para la conformación de una comunidad.“

Cuando quieras discutimos de izquierda, derechos humanos, socialismo,

liberación nacional, imperialismo. Porque estoy tranquilo de haber

defendido fuertemente los principios que hacen a valores esenciales de

mi vida política.

 

Un abrazo,

 

Almagro

 

(LaIguana.TV)