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Los sabuesos de la División de Homicidios del CICPC-Zulia obtuvieron datos de una confesión que Manuel Alejandro Espinoza Roa, “El Monstruo de Santa Rosa”, hizo minutos después de  golpear, violar y asesinar a su mujer, Greily Ortega (25), conocida como “La Greña” y tres de sus hijastros, Manuel José Hernández Ortega (6), Yusbely Hernández Ortega (7) y Miguel Efrén Ortega (9).

 

La madrugada del lunes siete de septiembre, aún con sus ropas impregnadas del sufrimiento de los tres inocentes niños y su madre, llegó a la casa de su exmujer, Soraima Josefina Calles, en el 18 de Octubre y lo recibió su exsuegra. A esta última fue a la primera que le confesó sus crímenes.

 

“Vengo a traerle esta plata para los morochos (sus hijos con Soraima) porque me volví loco y maté a esos muchachos”, reveló Espinoza.
La mujer no daba crédito a lo que escuchaba y le recriminó nerviosa porqué había cometido semejante atrocidad. Según la entrevista que ésta ofreciera en el CICPC, el miedo se apoderó de su cuerpo y luego sólo dejaba que “El Monstruo” hablara.

 

“Tenga estos cinco mil  bolívares para mis hijos… voy a estar tiempo sin verlos porque me voy a enconchar”, fue lo último que dijo antes de marcharse esa madrugada.

Es por ello que el CICPC descartó que alias “Carne Molía” estuviese detrás del asesinato de los tres niños y su madre en Santa Rosa de Agua, por una deuda que esta última había adquirido luego de vender cierta cantidad de droga, tal como han querido asegurar parientes de Espinoza.

 

Los investigadores están seguros de que “El Monstruo de Santa Rosa” no ha salido del Zulia y que no se encuentre muy lejos de donde, la noche del domingo seis de septiembre, acabó con la vida de cuatro personas. Todavía está latente en la memoria ese día cuando se cometió el crimen más horrible de 2015 en la ciudad de Maracaibo. Una maltrecha vivienda de bloques blancos sin frisar, anclada en el callejón Ayacucho de Santa Rosa, fue el escenario del sangriento episodio.

 

Manuel Espinoza Roa, en el año 2010 “se graduó” de delincuente. Junto a otro sujeto hurtó en una discoteca ubicada en el Parque La Marina, pero fue arrestado. Al salir de prisión, se convirtió en unazote del sector 18 de Octubre. En esas andanzas conoció a Soraima Calles y tuvo dos hijos. Al romper esa relación, continuó hostigándola hasta que en el año 2012 fue nuevamente arrestado por acoso. Dos años después, en agosto de 2014, cayó nuevamente preso en ese sector.

 

Hace un año, este sujeto se le cruzó en el camino a Greily Ortega, quien a sus 24 años ya tenía tres hijos y cuatro meses de embarazo. Ambos se entendieron y duraron hasta que, por su malvada mente, a Espinoza se le cruzó la diabólica idea del homicidio múltiple. Sólo se salvó una bebé de siete meses, precisamente la que llevaba en el vientre Greily cuando él la conoció.

 

Muchos quisieran que “El Monstruo de Santa Rosa” se entregara y no muriera en algún enfrentamiento con la policía, simplemente para que científicos de la psiquiatría estudiaran esa perversa mente. Pero parece ser que Manuel Espinoza no está dispuesto a dejarse atrapar. NAD conoció que este “Monstruo” se hace acompañar de tres delincuentes de Santa Rosa de Agua, entre ellos uno apodado “El Ricardito”.

 

(NAD)