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El papa Francisco invitó a las personas a hacerse responsables por el mundo y aseguró que la “fuente de nuestra alegría nace de ese deseo de brindar misericordia”.

 

“Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás, por el mundo”, dijo el papa durante la misa ofrecida este miércoles desde el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, capital de Estados Unidos (EE.UU.)

 

Asimismo, el sumo pontífice indicó que las personas han sido sometidas a la resignación y que “el espíritu del mundo nos invita al conformismo”.

 

“No queremos que la resignación sea el motor de nuestra vida. No queremos que el acostumbramiento se apodere de nuestros días”, sostuvo Francisco I durante la canonización del Fray Junípero, «Apóstol de las altas Californias y de la Sierra Gorda de Querétaro»

 

También, se preguntó cómo salir de situaciones de angustia y falta de solidaridad con el prójimo.

 

“¿Cómo hacer para que no se nos anestesie el corazón, cómo profundizar la alegría del evangelio en las situaciones de la vida? (…) la fuente de nuestra alegría nace de ese deseo inagotable de brindar misericordia”, insistió.

 

Por otra parte, defendió la labor del Fray Junípero Serra, canonizado durante la misa en la capital estadounidense.

 

“Junipero buscó proteger la dignidad indígena”, aseguró. “Este siempre supo vivir diciendo siempre adelante para vivir la vida del Evangelio, para que no se le anestesiara el corazón”, por lo que recomendó a los fieles a llevar esta vida de generación en generación.

 

Para el papa Francisco, Junípero también “aprendió a gestar y acompañar la vida de Dios en los rostros” de sus semejantes.

 

Con ese proceso, la Iglesia declarará santo al franciscano que nació en España en 1713 y murió en 1784 en México. Durante 1731 profesó en su país, en el convento de Palma, donde cambió su nombre de nacimiento por el de Junípero. Siete años después fue ordenado sacerdote y se doctoró en teología.

 

La polémica

 

En California, una gran cantidad de personas veneran a Junípero Serra, y las misiones que fundó son ahora importantes monumentos históricos de ese estado. Sin embargo, en los últimos tiempos algunos historiadores han reconsiderado su labor evangelizadora, debido a que aseguran que en los pueblos indígenas que habitaban el territorio fueron obligados a convertirse en creyentes católicos.

 

Norma Flores, una activista en contra de la canonización de Junípero, aseguró a medios de prensa que este acto es la celebración de un genocidio, debido a que el 90 por ciento de las personas que evangelizó murieron en condiciones horribles, “por eso no creemos que es persona merezca tener un lugar en el cielo con los demás santos”.

 

Desde que el Sumo Pontífice anunció la canonización del beato, las voces disidentes se han escuchado, asegurando que Serra contribuyó, “a cristianizarlos”, a eliminar la población nativa y a esclavizarlos al dominio español.

 

Líderes indígenas han protestado contra el evento, han enviando cartas al Vaticano, elaboraron peticiones firmadas por miles de personas y publicaron artículos de opinión en varios medios. Según esos colectivos, miles de indígenas murieron después de la llegada de las misiones católicas a lo que hoy es California.

 

(teleSUR)