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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, exhortó este domingo a el empoderamiento de la mujer, más que como una firma de tratados internacionales, como una convicción que debe estar presente en todos los hombres y mujeres, y que debe ser afianzada a través de políticas dirigidas a la transformación cultural para la consolidación de la igualdad de género.

“Las políticas también deben estar destinadas a la cultura, a que precisamente empoderar a la mujer no sea una cuestión de obligación por firmar o adherirse a tratados internacionales, sino que sea la profunda convicción en el corazón de los hombres y mujeres. Y aún en las propias mujeres, que muchas veces nos discriminamos entre nosotras mismas muy injustamente”, expresó durante su intervención en el Foro sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer, realizado en Nueva York, Estados Unidos, como parte de la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el establecimiento de los objetivos de desarrollo sostenible 2015-2030.

 

Fernández señaló que el empoderamiento de la mujer se sostiene sobre tres elementos fundamentales: la autonomía económica, la autonomía política y la autonomía social.

 

Agregó que dichas condiciones sólo son posibles en países donde se desarrollan procesos de inclusión desde los gobiernos.

 

“El desarrollo de estos tres ejes sólo puede darse en una sociedad, en un país, en donde haya un proceso de inclusión social global con desarrollo y crecimiento económico. Soñar con igualdad de género en un país inequitativo, con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión”, expresó en su derecho de palabra, transmitido por Telesur.

 

A propósito de ello, la Mandataria indicó que en Argentina se promueven políticas dirigidas a lograr la mayor oportunidad de igualdad para las mujeres.

 

En este sentido, mencionó las contribuciones económicas por hijos y por embarazo, que da el Gobierno argentino a familias en situación de pobreza, y las leyes sobre identidad y derechos de la mujer.

 

Igualmente, destacó que el acceso universal a la educación, que su país garantiza desde la etapa inicial hasta la universitaria, también es un elemento importante en la disminución de las brechas sociales y la desigualdad.

 

Como ejemplo, señaló que en las universidades públicas argentinas, 85 % de la matrícula en las escuelas de odontología es de mujeres.

 

Indicó que a pesar de los esfuerzos en materia de legislación y políticas por promover la igualdad de género, en su nación, como en otras, la discriminación contra la mujer persiste.

 

Por ello, insistió en que se hace necesario impulsar un cambio en la percepción y en la cultura de los pueblos, que lleve a derrumbar tabúes y prejuicios respecto al rol de la mujer.

 

Una mujer en la ONU

 

Por otra parte, la Presidenta argentina aludió a la transformación que se daría en la ONU de ser electa una secretaria general para suceder a Ban Ki-moon a partir de 2016, hecho que sería histórico puesto que los estatutos de esta organización internacional sostenían, desde 1946 hasta el 11 de septiembre de este año, que dicho cargo debía ser ocupado por un “hombre inminente”.

 

La Presidenta, haciendo referencia a la equivocación que cometió el primer ministro de Dinamarca, Lars Loekke, al dirigirse a Ban Ki-moon en femenino, dijo: “No se sienta mortificado por el error que tuvo al dirigirse al secretario general, tal vez haya sido una premonición de quién debe ser secretario de las Naciones Unidas para las próxima temporada y (así) dar muestra, aquí en las Naciones Unidas, de que también la discriminación ha terminado”, finalizó la Mandataria.

 

Fernández dará su discurso oficial ante la Asamblea General de las Naciones Unidas –que sería el último de esta gestión debido a que el 25 de octubre Argentira irá a elecciones presidenciales– la tarde de este lunes 28.

 

(AVN)