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Hace 50 años Fidel Castro leyó públicamente la carta de despedida de Ernesto “Che” Guevara, durante la presentación del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba, reunión en la que el líder de la Revolución Cubana expresó: «Hay una ausencia en nuestro Comité Central de quien posee todos los méritos y todas las virtudes necesarias en el grado más alto para pertenecer a él y que, sin embargo, no figura entre los miembros de nuestro Comité Central». Seguidamente, dio lectura al documento en el cual el revolucionario de revolucionarios hacía saber su decisión de continuar creando frentes de lucha libertaria.

 

En su carta, el Che expresó su consideración de haber cumplido su deber y “haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo”, por lo cual renunciaba a todas las ataduras burocráticas que obstaculizaban las tareas de la revolución.

 

“Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos”, manifestó el Che en la misiva dirigida al comandante amigo y a todo el pueblo de Cuba: “En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo donde quiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura”.

 

Con sus palabras de despedida, el Che dejó constancia del comprometido fervor revolucionario que guió siempre sus decisiones de vida, sus acciones y su firme convicción acerca de la posibilidad del cambio para crear una humanidad mejor. Para concretar el ideal por el cual finalmente ofrendó la vida, se convirtió en ejemplo de valentía y honor para todos cuantos creen firmemente que la Patria solo puede serlo si es libre y soberana.

 

“Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte! Te abraza con todo fervor revolucionario, CHE”.

 

3 de octubre de 1813: Batalla de las Trincheras

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Hace 201 años, Luciano D’Elhuyar, al frente de mil hombres, en su mayoría voluntarios neogranadinos ansiosos de vengar la muerte de Atanasio Girardot, ocurrida tres días antes, en la batalla de Bárbula, derrotó en Las Trincheras a más de dos mil soldados realistas, comandados por Domingo de Monteverde.

 

Los patriotas persiguieron al enemigo y Monteverde tuvo que encerrarse, herido, en Puerto Cabello, luego de haber cometido el grave error táctico al dividir sus fuerzas por lo que, ya en batalla, los patriotas lo cercaron y derrotaron. En la refriega, al jefe realista le destrozaron de un balazo la quijada y perdió prestigio entre sus oficiales, por lo que fue depuesto del mando.

 

Tras la victoria, el Libertador, Simón Bolívar, al dirigirse a Caracas, entregó el mando de las operaciones a D´Elhuyar, ascendiéndolo a coronel. La procesión triunfal llevó en un cofre el corazón de Girardot, que salió de Valencia, pasando por Los Guayos, Guacara, San Joaquín, Turmero, San Mateo, La Victoria, El Consejo, San Pedro y en cada población se realizaron oficiosos religiosos en honor a Girardot.

 

3 de octubre de 1821: Simón Bolívar se juramenta ante el Congreso en Cúcuta

 

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Tal día como hoy, hace 193 años, el Libertador, Simón Bolívar, prestó juramento en Cúcuta ante el Congreso, dando así nacimiento al sueño unificador del Genio de América, y quedando definidos los principios para superar las instituciones políticas, económicas y sociales heredadas de los 300 años de vida colonial, cuya vigencia se mantiene hasta nuestros días, cuando es quizá más urgente y valioso leer los protocolos de aquel congreso, dada la profunda discusión que en él se dio sobre la organización federal o central de un país, tratándose en aquel momento particular, de lo que sería la Gran Colombia.

 

En efecto, a las 11 de la mañana del 3 de octubre de 1821, Simón Bolívar, entró al salón de sesiones, ubicado en la sacristía de la iglesia parroquial de Villa del Rosario de Cúcuta (nombre antiguo de la ciudad). Acompañado por una comisión de diputados y por su estado mayor general, tomó asiento al lado del presidente del Congreso y, puestos todos de pie, juró como Presidente de la naciente República de la Gran Colombia, conformada por Venezuela y Cundinamarca, nombre asignado entonces a la Nueva Granada. Tras un discurso y la posesión de Francisco de Paula Santander como vicepresidente, fue leído el texto de la Constitución que le dio vida política a la República.

 

3 de octubre de 1911: Nace Edgar Sanabria

 

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Hace 103 años nació en Caracas el abogado, diplomático y político Edgar Sanabria, quien fue secretario y presidente de la Junta de Gobierno formada a raíz del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez en 1958. Aquella Junta estuvo presidida por el Vicealmirante Wolfgang Larrazábal, quien renunció el 14 de noviembre de 1958 para dedicarse a una breve campaña electoral. Con esa renuncia, Sanabria quedó encargado de la Presidencia.

 

En los tres meses que duró su Gobierno, dictó dos leyes: la referente a la ansiada ley de autonomía universitaria y al aumento del impuesto petrolero. Edgar Sanabria fue individuo de número de la Academia Venezolana de La Lengua, La Academia de Ciencias Políticas y de la Academia Nacional de la Historia. Falleció en Caracas el 24 de abril de 1989.

 

(PGR)