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Ante el icónico caso de narcotráfico que envuelve a los sobrinos de Cilia Flores, esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro, son muchas las versiones, la que más fuerza ha cobrado es la inocencia, empañada por el Gobierno norteamericano a través de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA), en su afán de chantajear y ensuciar al proceso revolucionario.

 

La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) de República Dominicana, rechazó «categóricamente» que el capitán del lujoso yate, donde decomisaron la droga, fuera reclamado como testigo por la DEA, destacó la agencia EFE.

 

Además, el organismo desmintió que Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, tengan vínculo con el alijo de cocaína por el cual fueron arrestados en Haití y enviados a los EE.UU. “Los datos fueron manipulados y publicados por un periódico español, que hizo alusión del caso con datos totalmente erróneos».

 

A su juicio tampoco son ciertas versiones periodísticas difundidas el ocho de noviembre, que señalan el decomiso de 80 paquetes de droga en una casa del complejo turístico La Romana, reiteró la agencia dominicana. 

 

(LaIguana.TV)