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Desde este martes, el actor estadounidense de 50 años Charlie Sheen se liberó de “la cárcel” en la que estaba literalmente hablando, luego de confesar públicamente que es portador del Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH) desde hace cuatro años.

 

El coraje para confesar su enfermedad por un medio televisivo fue gracias a su familia y en especial a su papá Martin Sheen, también actor, quien aplaudió la valentía de su hijo, a quien siempre apoyó. El actor pagó millones de dólares para mantener su condición en secreto.

 

Las constantes migrañas y sudores nocturnos, en la que llegó a pensar que tenía «un tumor cerebral», lo motivaron a visitar al médico, quien luego de varios exámenes le diagnosticó Sida. El actor cómico dijo no saber cómo contrajo el virus incurable. 

 

(LaIguana.TV)