La periodista Vanessa Davies, realizó una entrevista al reconocido intelectual, abogado y escritor Luis Britto García, quien ofrece desde su perspectiva sugerencias en cuanto a los correctivos que se deben aplicar para combatir de manera efectiva la corrupción, además menciona sobre una “sacudida” al chavismo y la oposición, entre otros puntos de interés.
A continuación la entrevista completa
En todos los procesos políticos ha tenido consecuencias fatales la separación entre la base y la dirigencia, advierte el escritor e intelectual venezolano Luis Britto García.
¿Qué consecuencias va a tener la separación entre la dirigencia y la base? ¿Cómo se pueden reconectar de nuevo?
–No soy quién para medir la separación entre base y dirigencia en nuestro país en la actualidad, pero esa separación ha tenido consecuencias fatales en casi todos los sistemas políticos que conozco. Para reconectarlas el mecanismo es sencillo. Nuestro pueblo sólo reconoce la competencia demostrada. Por eso Bolívar domaba caballos delante de sus llaneros, en lugar de exhibirles títulos nobiliarios o invocar parentescos. Otorguemos la competencia para dirigir a personas que hayan mostrado prominencia o resultados concretos en la materia que deben gerenciar. Vale decir, que uno pueda poner detrás de sus nombres dos puntos, y que a partir de ellos cualquiera pueda anotar una lista de logros evidentes. Espeluzna presenciar cómo enormes responsabilidades, jugosos privilegios y gigantescos recursos son puestos a disposición de ilustres desconocidos, sin credenciales técnicas ni revolucionarias de ningún tipo. Lo que Manuel Vicente Romero García denominó las ‘Mediocridades Consagradas y las Nulidades Engreídas’, y Pedro Emilio Coll llamó los ‘Dientes Rotos’.
¿Qué hacer, de manera eficaz, contra la corrupción?
–Primero, aplicar las leyes que ya existen. Segundo, exigir transparencia, de modo que sea obligatorio explicar el origen y la legitimidad de grandes fortunas repentinas. Tercero, crear escuelas de formación ideológica, ética y técnica de cuadros tanto para las responsabilidades de la dirección partidista como para las de la conducción de entes públicos. Inquieta presenciar cómo se le encomiendan tareas y poderes a seres sin la menor formación ni moral. Al poco tiempo fracasan o traicionan, para cubrir un desfalco o porque el Imperio les paga mejor. Cuarto, empezar un proceso de formación ética desde los primeros grados de la instrucción, para formar ciudadanos y no saqueadores. Quinto, habilitar mecanismos eficaces para la denuncia, que sepan discriminar entre situaciones verídicas o infundios interesados para descalificar personas o instituciones. Sexto, reinstaurar el control previo del gasto público, lograr mediante las facilidades informáticas que dicho control sea integral y no selectivo o al azar, y extender el control externo a entes descentralizados y autónomos, fundaciones, empresas del Estado y otra infinidad de entes en los cuales el control se diluye hasta hacerse inexistente.
UNA SACUDIDA
¿Qué cree que hará sacudir al chavismo ante las lecciones no aprendidas? ¿Qué hará sacudir a la oposición?
–La probabilidad de una derrota podría servir de alerta para estudiar y aplicar correctivos. Digo la probabilidad, porque en líneas generales después de una derrota efectiva las izquierdas son exterminadas. En cuanto a la oposición, lleva 16 años de derrotas, y no ha extraído lecciones ni de ellas ni de las décadas que estuvo mandando.
¿Qué sería “transformar en socialista la legislación del país”?
–Continuar el proceso de nacionalización de las industrias básicas, hasta completar las necesarias para satisfacer las necesidades esenciales del país, crear las que sean indispensables para cumplir esta meta, y nacionalizar los principales bienes de producción. Terminar de socializar la mayoría de las tierras, tanto para desarrollar la producción agrícola como para acabar con la especulación de los terrenos urbanos y el crecimiento desmesurado de las ciudades. Destinar el ingreso petrolero a la producción o la compra de bienes básicos de consumo, y no a la satisfacción del consumismo de los privilegiados. Denunciar los Infames Tratados contra la Doble Tributación, en virtud de los cuales las transnacionales no pagan impuestos por sus ganancias en Venezuela, con la excusa de que los cancelan en los países de sus casas matrices. Aplicar estrictas medidas de control sobre la banca y nacionalizar algunos de sus establecimientos cuando sea indispensable. Reformar el sistema tributario para pechar los altos ingresos, y disminuir o eliminar el IVA, que castiga al consumidor pobre y que casi no es entregado al Fisco por los comerciantes que dicen retenerlo. Disminuir la proporción del PIB que va a los empresarios, e incrementar la que remunera a los trabajadores. Denunciar sin excepción todos los tratados que someten nuestros contratos de interés público o nuestras decisiones soberanas a la decisión de Tribunales, Cortes o Juntas arbitrales extranjeras. Sancionar drásticamente los delitos contra la cosa pública y contra los intereses generales y los bienes de la Nación.
(LaIguana.TV / CO)