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Es bien sabido por todos los venezolanos, la situación económica que atraviesa el país por la guerra económica y la caída de los precios del petróleo a nivel mundial. Ahora además de la práctica del fracking de Estados Unidos (EE.UU.) para inundar el mercado con su petróleo, entra en el juego un artilugio más creado por los norteamericanos: El Estado Islámico (EI).

 

El EI exporta ilegalmente petróleo a Turquía con la ayuda aparente de poderosas familias de ese país. Se sugiere que este mercado clandestino organizado por los terroristas que cuentan con el respaldo de Ankara, capital turca, podría representar una verdadera amenaza para el negocio internacional, e incluso provocar la drástica caída de los precios del petróleo.

Pese a que el petróleo de contrabando se vende a precios muy bajos, no se puede decir que la venta de este tipo de crudo afecte radicalmente la formación de precios, la dinámica de la demanda o el balance entre la oferta y la demanda, según informa el portal Ridus.

 

No se conoce la cifra exacta del volumen de este tráfico ilegal, pero no supera los 400 mil barriles por día, una cantidad incomparable con el consumo diario mundial de 93 mil o 94 mil millones de barriles. No obstante, parte de este tráfico llega a Europa oriental y en cierta medida influye en la caída de los precios en la región. De esa manera, el suministro del Estado Islámico es un factor adicional que impide el crecimiento de los precios del crudo en Europa.

 

Sin embargo, el problema principal sigue siendo otro. El petróleo de contrabando es una de las principales fuentes de financiación que permite armarse a los terroristas.

 

“Lo importante no es el volumen del contrabando, sino la posibilidad de que aumenten los recursos del EI. Podría tener consecuencias serias en el futuro”, concluye Yákov Mirkin, profesor de economía del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de las Ciencias de Rusia.

 

(Con el Mazo Dando)