El filósofo y comunicador interpreta el triunfo de Macri en Argentina como un resultado del marketing político.
Latinoamérica vive la era de lo fáctico, de la necesidad de mostrar resultados y aplicar políticas públicas de manera apropiada y efectiva. En este contexto, los gobiernos progresistas no pueden apostarlo todo a sus valores simbólicos.
Así lo analiza el filósofo y comunicador Miguel Pérez Pirela, quien comparó el caso de Macri en Argentina con liderazgos como el de Berlusconi (Italia), Color de Mello (Brasil) o Sarkozy (Francia) por estar basados en el “maquillaje” de empresarios.
Durante el Foro por Venezuela “6D El Día Después” realizado este lunes bajo la organización del Grupo Hinterlaces, Pérez Pirela consideró que el progresismo no se encuentra en el final de su ciclo histórico en forma natural, pero requiere de preparación ante momentos como el que se vive en la actualidad en lo económico producto de la caída en los precios de las materias primas.
En este sentido, presentó como ejemplo el caso de Bolivia, donde afirmó se ha dado una preparación que permitirá un “milagro económico” expresado en un crecimiento de 5% este año -en medio del estancamiento de la región-, basándose en un tejido industrial sustentado en pequeñas y medianas unidades de producción.
La Carta de Macri
Con respecto a la propuesta concreta de Mauricio Macri alrededor de la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Venezuela y su consecuente expulsión de Mercosur, Pérez Pirela expresó sus deseos de que el mandatario electo esté hablando a nombre de Estados Unidos y no en el suyo propio.
“Me parece la restauración de una Argentina del Corralito, que terminó como una Argentina INC., casi totalmente privatizada”, señaló el panelista, quien respondió así a una intervención del Ministro encargado de Negocios de la Embajada Argentina, presente en el evento.
Por último, consideró como un peligro la aparente tendencia a un “eterno retorno” de gobiernos de derecha en reemplazo de gobiernos progresistas que han cometido errores, al reiterar que las nuevas alternativas surgen más como producto del marketing político que como resultado de propuestas de fondo.
(Hinterlaces)
