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Según una funcionaria de la Administración del gobierno de EE.UU., quien prefirió mantenerse en el anonimato, expresó que este país piensa, desde la Administración del presidente Barack Obama, unir esfuerzos con el Congreso a fin de ampliar las sanciones que rigen contra Venezuela.

 

En el soberbio accionar que suele hacer este país, tales declaraciones indican que la Administración del gobierno de EE.UU. no se opondrá al Congreso en las sanciones que sobre Venezuela recaigan, mientras éstas sean “individuales y no sectoriales, y dependiendo del momento en que se produzcan», señaló la funcionaria.

 

En el Senado de este país existe un proyecto de Ley que legislaría sanciones a funcionarios y funcionarias de la Revolución Bolivariana. Tal proyecto es una propuesta bipartidista, y goza del respaldo unánime de la sección demócrata; sin embargo, un solo republicano, Bob Cocker, no consintió la aceleración de la promulgación de la imperialista Ley.

 

«Si se aprueba una ley de sanciones (en el Congreso), puede ser útil, pero todo depende de cómo esté redactada y cuándo se use. No queremos hacer nada que dañe más al pueblo venezolano», añadió.

 

En momentos cuando EE.UU. enfrenta decenas de manifestaciones por el uso de la fuerza de Estado contra la población migrante y afrodescendiente, poniendo una vez más en tela de juicio el respeto a los derechos humanos y el ejercicio de la democracia, este país tiene el tupé de emitir sanciones y bloqueos al resto de los países, esta vez en contra de venezolanas y venezolanos, quienes optaron de forma democrática por un modelo distinto de país.

 

Las sanciones que guarda este proyecto de Ley varían desde la congelación de activos a quienes se opusieron a las guarimbas de la derecha a inicios de año, así como también la revocación de visas.

 

¿Quién dijo miedo?

 

(LaIguana.TV)