Maria Corina Machado ha hecho de todo por ganar apoyo popular, incluso, ir en contra de la etiqueta y el glamour al que está acostumbrada.
Y es que como si se tratara de un alma en pena, Machado ha paseado por el país soportando las más “duras” condiciones, pues la cotidianidad del pueblo vernáculo del país, cargada de paisajes ricos en calor y mosquitos, han significado un reto para la dignidad de la dirigente.
Sin embargo, a MariCori se le nota lo forzado de su agenda y sus actividades, y en más de una ocasión ha hecho gestos de desagrado ante lo que tiene que hacer, sobre todo, cuando incluye contacto directo con las comunidades. Recordemos cómo en la zona fronteriza entre Venezuela y Colombia, tras recibir un abrazo de un hombre de la comunidad Wayuu, se limpió con asco.
Un nuevo capítulo en este rechazo a los más humildes pobladores de esta tierra, MariCori hizo hasta lo imposible por tomarse un plato de sopa en una comunidad, aunque sin lograr quitar de su rostro ese gesto de desprecio que tanto la aleja del pueblo.
¿Seguirá con sus delirios presidencialistas esta señora que no quiere a la gente? Juzgue usted mismo.
(LaIguana.TV)
