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César Izturis se despide del deporte que tantas satisfacciones le dio en su carrera. Se va este domingo el último jugador activo en ganar un título con Cardenales. Su nombre se queda en lo más alto de la historia del equipo. Su actuación le permitió a Lara sumar campeonatos y eso lo ubica entre los inmortales de la franquicia.

 

Inolvidable su actuación en la postemporada del último título cuando bateó para .409 en el Round Robin y .381 en la Serie Final. Era un jovencito cuando el mejor Cardenales de la historia, aquel de Luis Sojo, Giovanni Carrara, Robert Pérez, Edwin Hurtado y compañía, lo apadrinaban como líder del futuro.

 

No se equivocaron. Lástima que sus compromisos en las Mayores no le permitieron desplegar más tiempo su talento con el uniforme larense. Estamos en presencia de un cardenal por los cuatro costados. De esos que no dudaron nunca que sí algún día volvían a jugar en Venezuela siempre sería con los pájaros rojos. Fidelidad le llaman. Eso se agradece.

 

Aun cuando ya no es titular sigue capitaneando un equipo desde el liderazgo. Su Guante de Oro en las Grandes Ligas fue orgullo para los aficionados de los pájaros rojos. Se termina una trayectoria impecable con el Cardenales y nos deja a César Daniel, su hijo, que ya es ficha de los crepusculares.

 

Un guante elegante, un caballero dentro y fuera del terreno, y que de seguro seguiremos escuchando en el futuro gracias a su hijo, a su academia y a su silenciosa labor social.

 

(Nota de Prensa)