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De acuerdo a una nota publicada por el medio Panorama, habría sido golpeada la doctora en lingüística Rosa Amelia Asuaje, especialista, impulsada por la Fiscalía General de la República en el proceso que se llevó a cabo hacia la alocución del derechista y actual condenado Leopoldo López.

 

Según lo reseñado por la corporación de la comunicación, el suceso aconteció en el estado Mérida, cuando un supuesto delincuente la derribó a patadas tras atascársele el arma que portaba, dejándola con fractura en una costilla.

 

En detalles, a horas del mediodía del pasado sábado, la doctora se dirigió a una cita médica en la zona de La Parroquia, en la entidad merideña, cuando esperaba que abrieran el centro de salud fue dominada por un aparente malhechor.

 

“Yo llegué en mi carro a la clínica y estando en el porche para que me abrieran la puerta recibí una llamada telefónica de una hermana que vive en el centro del país. Hablaba con ella y en ese momento fui sorprendida por un sujeto armado, de contextura gruesa y muy alto. Me pidió el celular y, al principio, debo decirlo, me resistí y hasta le pedí, en mi angustia, ayuda a mi hermana: ‘Dariela, me están atracando, ayúdame”, fueron las declaraciones de la experta.

 

En este orden de ideas, agregó otros pormenores del incidente: «llegué a forcejear con ese hombre. Me quitó el teléfono, me insultó y amenazó. Me gritaba: ¡Te voy a matar!, te voy a matar!’ y me colocó el arma en la boca”.

 

“Todo lo que gritaba lo oyó mi hermana… Pueden imaginar su desesperación. Gracias a Dios, el arma se encasquilló; al no salir la bala, el sujeto se llenó de ira y me jaló el cabello hasta dejarme caer en la acera. No se cansó de insultarme ni de caerme a patadas”, indicó.

 

Asuaje destaca que hallándose en la acera, como pudo, quiso impedir que le pegara en la región zona abdominal, no obstante: “Me dio tantas patadas que me fracturó una costilla”, dijo.

 

El individuo, según el testimonio de la víctima le quitó el teléfono, la cartera. Además pudo observar cómo se desapareció con un motorizado que lo esperaba.

 

En continuación con las declaraciones, la profesional realizó la acusación el propio sábado, ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc); así como en la Fiscalía.

 

Posteriormente, a tempranas horas del domingo le fue notificado que habían dejado la “cartera, con todos los documentos y llaves del carro y mi residencia, en una parada de autobuses de la avenida Panamericana”, manifestó.

 

En el organismo de seguridad estatal le sugirieron que podía “tratarse de un caso de amedrentamiento. Por eso denuncio públicamente, han sido varias las amenazas que he recibido este año”.

 

Finalmente señaló:“Gracias a Dios me dejaron viva”, dijo Asuaje. La experta y su familia esperan cesen este tipo de situaciones y sea precisado el origen de esta nueva agresión.

 

En contexto

 

A principios de febrero del año en curso, la fiscal Luisa Ortega Díaz comunicó que el Ministerio Público concedía una disposición de amparo hacia la especialista, a propósito de haber recibido intimidaciones por diferentes vías como telefónicas, correo electrónico y de forma directa.

 

Dentro de estas amenazas, aludió Asuaje, se encontraban panfletos que citaban: “Cuídese que se la vamos a cobrar… no dormirá segura ni tranquila más nunca…”.

 

En consecuencia, para el 4 de febrero, el MP delegó al fiscal 24° nacional, Didier Rojas, a fin de averiguar sobre dichas amenazas.

 

Entre otros puntos relacionados, el pasado octubre, Asuaje publicó un artículo de opinión, titulado “La responsabilidad y el exfiscal Nieves” en éste se desligó de los juicios expresados por el exfiscal Nieves relacionados a su intervención y la condición cómo procesó la experticia que se le solicitó desde el MP.

 

A continuación, parte de éste artículo que cita Panorama: «(…) quiero hacer un llamado a la opinión pública y muy especialmente a los medios de comunicación privados de nuestro país, de que no se hagan eco del odio inducido. En el plano personal, he sido víctima de amenazas a mi vida y a la de mi menor hija, así como al escarnio público de amigos y extraños, especialmente por parte de mis colegas del gremio profesional, quien sin un ápice de piedad, han disparado sus misiles contra mí, sin tener las pruebas que me incriminan en sus manos y sin saber, irresponsablemente, lo que realmente sucedió en esa sala de audiencia los días de febrero pasados en los que comparecí ante la ciudadana jueza Susana Barreiro (…) Este exhorto lo hago desde la voz de una experta que, por temibles juicios, ha sido difamada, al igual que mi familia, contribuyendo al odio entre venezolanos”.

 

(LaIguana.TV)

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