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Los terminales de transporte terrestre se pensaron como una solución a la necesidad de viajar de los ciudadanos de un país. Interconectar de manera frecuente el interior con la capital y destinos turísticos con grandes urbes ha sido una idea maravillosa.

 

Sin embargo, la realidad no es tan halagadora y el turista venezolano lo sabe. Y es que como si se tratara de una pesadilla para los viajeros que desean hacer turismo en el país, el Terminal de Pasajeros La Bandera se transforma en un caos cada vez que  hay temporada.

 

No se trata de la desaparición de autobuses para algunos destinos como Maracay o Turmero, ni de las inescrupulosas tarifas de los transportistas piratas –que tasan pasajes de 800 bolívares en hasta ¡2000 bolívares!-, ni mucho menos de la absoluta falta de información: a todo esto hay que agregarle la incertidumbre de quien viaja sobre si podrá llegar o no a su destino.

 

Las autoridades competentes parecen no darse a vasto, por lo que el llamado es a la comunidad caraqueña que utiliza este sistema de transporte, a hacerlo de manera consciente, denunciando abusos y atropellos de los que puedan ser víctimas, pero prestando la máxima colaboración para que el servicio sea fluido.

 

(LaIguana.TV)