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Haga la prueba: busque en Google –la nueva Biblioteca de Alejandría– la información sobre el Día de los Inocentes y se encontrará con variaciones sobre el mismo tema, pero con un personaje en común: el malvado Herodes.

 

Y con un hecho que se mantiene en todos los relatos: la matanza de niños menores de dos años de edad para acabar con Jesús, que era degollar una esperanza.

 

La masacre de niños se transformó en una fecha propicia para las bromas livianas, pesadas, oportunas o inoportunas, acompañadas siempre por la frasecita que pasa de generación en generación: “Caíste por inocente”. Y la mirada de reproche del que “cayó” y la risa del que “hizo caer”.

 

“La conmemoración del Día de los Inocentes es una fiesta que se fundamenta en el relato bíblico del capítulo 2 del Evangelio de Mateo”, expone Máximo Ochoa, teólogo y militante de movimientos sociales.

 

El rey Herodes el Grande, refiere Ochoa, “instruye matar a todos los niños menores de 2 años de edad de la aldea de Belén”.

 

¿Qué razón alentaba la sangrienta decisión? Herodes se sintió burlado por los Reyes Magos que, según la Biblia, habían visitado al niño, y la ira –siempre mala consejera– lo llevó a ordenar el asesinato de los pequeños.

 

“Estos magos, después de encontrarse con María, José y Jesús, le dieron una falsa información a Herodes sobre la ubicación del Mesías”, comenta Ochoa, pero aclara de entrada que “la única fuente histórica que encontramos sobre este suceso es la del Evangelio de Mateo”.

 

Resulta llamativo, a criterio del teólogo, que historiadores de la época “como Flavio Josefo no hacen alusión a dicho episodio; tal vez por ser la aldea de Belén una pequeña población de la provincia de Judea”. ¿O porque no sucedió? Lo cierto es que, pese a todas las dudas,“de generación en generación se ha venido celebrando en el mundo católico y también ha sido absorbida por las diversas expresiones de la religiosidad popular no institucional de las comunidades y territorios”.

 

De la tragedia a la broma

–¿Por qué se popularizó la celebración del Día de los Inocentes?

 

–La celebración del Día de los Inocentes se popularizó al igual que otras festividades cristianas-católicas, en la medida que la Iglesia fue expandiéndose por el tiempo y por el espacio geográfico. No se puede desconocer el carácter globalizador de la institución católica.

 

–¿Por qué una fecha de luto se convirtió en un motivo de bromas?

 

–Es tal vez difícil precisar en qué momento se empezó a hacer bromas a las personas en la fecha fijada para el Día de los Inocentes (28 de diciembre); pero posiblemente tenga que ver con el hecho que Herodes fue “burlado” o “engañado” por los Reyes Magos.

 

Ochoa insiste en que las celebraciones litúrgicas cristianas “han sufrido distorsión tanto en su significado como en su sentido”; por ende, el Día de los Inocentes “debe interpretarse desde la comprensión del Nacimiento de Jesús, el salvador”.

 

No se debe perder de vista, recalca, que María y José “tuvieron que huir a un pesebre a parir a Jesús porque eran perseguidos del Estado imperial, por ser militantes del movimiento celota de liberación nacional; eran subversivos y representaban un peligro para el sistema romano y para el gobierno teocrático de la provincia”.

 

Esta masacre, a su juicio, “debe entenderse en clave de persecución hacia todo lo que oliera o estuviera relacionado con las filas del movimiento de liberación de la provincia”. Por ello, subraya, “no podemos negar el carácter político que encierra el mensaje evangélico y la praxis liberadora de Jesús”, aun cuando es conveniente para muchos que el mensaje bíblico sea sustituido “por los regalos, los lazos brillantes, la escarcha, las luces, las decoraciones de las avenidas y las bromas”.

 

Tampoco se puede olvidar, agrega el teólogo, que el texto de Mateo “no se redactó mientras ocurría ese evento”, ya que “todos los textos bíblicos son posteriores a los hechos”.

 

Las claves

–¿Qué cosas debería saber la población sobre el Día de los Inocentes?

 

–Insisto y refuerzo la idea: el Día de los Inocentes forma parte de la atmósfera del nacimiento histórico del Mesías, de Jesús.

 

Esa atmósfera que rodeaba a Jesús y a sus coterráneos y contemporáneos era de opresión, de miedo, de persecución y desaparición propias de las prácticas imperialistas para frenar cualquier proyecto de liberación del pueblo.

 

A Jesús “obligatoriamente debemos ubicarlo en el contexto geopolítico y cultural de una provincia ocupada históricamente por los imperios, por su ubicación estratégica para el comercio entre la cuenca mediterránea.

 

Y el Oriente Medio y la India, así como ser un área de circunvalación terrestre entre el norte de África y Asia Menor-Roma”, analiza. “Y hoy ese territorio sigue siendo sumamente estratégico”.

 

En cuanto a la fe y la espiritualidad, Ochoa enfatiza que el Día de los Inocentes María y José lograron proteger a Jesús, “acontecimiento que simboliza el resguardo del proyecto de Cristo, el plan de gobierno de liberación del pueblo”. Ese plan consiste, precisa, en “abrir los ojos a los ciegos, dar libertad a los presos, anunciar el año de gracia a los esclavos”, sanar a los enfermos y “subvertir el orden establecido en nombre de Dios”. Jesús, según su criterio, “no vino a mantener el estatus de los poderosos” sino “a destronar a los ricos”.

 

(CO)