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Desde el 2011, este profesor de idiomas y músico estaba planeando su visita a México con el único fin de conocer al Chavo del 8, pero fue hasta enero del 2013 que pudo cumplir su sueño de compartir con él.

 

Luego de rebuscar por cielo y tierra algún contacto cercano al actor, consiguió que Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños lo recibieran, a él y a su amigo Mauricio Trilla, en su casa Villa Florinda, en Cancún.

 

“Soy dibujante y un día quise hacer una imagen de Chespirito. Un amigo me insistió en que intentara entregarle el dibujo a Roberto Gómez Bolaños. Para mí era algo imposible, pero por soñar no te cobran. Después de insistir mucho por redes sociales logré contactarme con su hija Paulina, quien fue el enlace para poder agendar la reunión”.

 

Meses previos a su visita, con la ayuda de Paulina, Fábio logró hacerle llegar a Chespirito las canciones y los dibujos que había hecho en su honor. Con su capacidad artística y su amor por los personajes de la serie mexicana retrató los rostros de Doña Florinda o Dona Florinda, La Chilindrina o la Chiquinhae, o el sufrido Don Ramón o Senhor Madruga. Incluso hizo un dibujo a lápiz del rostro de la madre de Chespirito. (Vea acá el canal de YouTube de Fabio Ribeiro con más entrevistas a personajes del Chavo)

 

Luego de muchos esfuerzos por comunicarse con su actor más querido, el día de conocerlo finalmente llegó. Tanta espera valió la pena, el joven brasileño contó con la suerte de visitarlo en su casa en dos ocasiones.

 

“El primer día, cuando lo esperábamos sentado en su sala, yo sentía que estaba soñando. Cuando lo vi con problemas para caminar, no pensé en el gran actor, yo solo vi a un señor de una edad avanzada que se le dificultaba caminar, mi reacción fue pararme y ayudarlo a sentarse”.

 

Fábio menciona que hubo momentos muy emotivos durante este encuentro, uno de ellos fue el haber interpretado el piano como un regalo para Roberto. “Mientras yo tocaba, veía como sus ojos se llenaban de lágrimas, mis manos también temblaban de la emoción”.

 

“Fue una sorpresa cuando Chespirito me puso una mano en el hombro y me dijo: gracias Fábio por traerme todos estos detalles, por traerme todo ese cariño. Ojalá que sigas con tu arte, porque eres un artista de los pies a la cabeza. Te he visto tocar, he visto tus dibujos”, recuerda con su voz entrecortada por la emoción.

 

Describe que mientras Chespirito les preguntaba de dónde eran, qué hacían, y cómo habían aprendido a hablar español, él sentía esa misma ‘garrotera’ que le daba al ‘Chavo del 8’, cuando se sorprendía por algo.

 

“Fue una sensación extraña. Al observarlo a él, yo no veía al Chavo o al Chómpiras, o todos los personajes que interpretó. Percibimos que era un señor que estaba enfermo, que necesitaba alegría, que necesitaba atención y eso fue lo que dimos por unos momentos. Para mí fue como estar con mi abuelo, un hombre de admirar que quería contarme muchas historias”.

 

Relata que el diario vivir de Roberto Gómez Bolaños era en general tranquilo. Durante el encuentro, él les comentó que todos los días se sentaba en el computador y escribía las páginas de un libro sobre fútbol que titularía ‘Adiós, amigo’. Ahora, Fábio se pregunta qué pudo haber pasado con ese último proyecto que había emprendido el artista.

 

Enterarse de la muerte de Chespirito significó una inmensa tristeza para él. Asegura que en Brasil todos los días inventaban su muerte por las redes sociales, pero el pasado viernes, cuando anunciaron su fallecimiento, un presentimiento le indicó que esta vez era verdad.

 

“Se fue un grande de la televisión. Chespirito nos dejó un humor puro, sin connotación sexual, sin trampas, un humor simple pero genial….” concluye Fábio.

 

(Panorama)

 

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