Según cuentan las leyendas de un pueblito de Barlovento, estado Miranda, llamado Capaya, se encuentra la Hacienda de los Concepción donde Bolívar nació y no como se piensa en el casco histórico de Caracas, en San Jacinto. La tradición oral de esta localidad que para entonces era parte de Caracas según los mapas políticos, María Concepción Palacios y Blanco pasó los últimos días de su embarazo por esas tierras calientes. Esta propiedad de la familia del Libertador fue mandada a demoler durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Sobre este particular, el Comandante Chávez, no los contó muy bien: “Bolívar era de pelo ensortijado, más negro que blanco; ese era el verdadero Bolívar a quien también desfiguraron. Es mentira que hablaba duro. No, la voz de Bolívar era chillona, inaguantable. Se subía en las mesas, le rompía los papeles al Estado Mayor. “¡Esto no sirve!”. Así lo dice Andrés Eloy Blanco en un poema que se llama “Los desdentados”. Cuenta Andrés Eloy que muchos años después de muerto el Libertador, había un acto en la plaza Bolívar de Caracas y la estatua, las coronas, las flores y los discursos oficiales. El presidente, todos de “paltó” y de levita, rindiéndole honores a Bolívar. Y detrás de las matas estaban unos viejitos, no tenían dientes, agachados, viendo el acto, y se reían. Entonces, viene la lectura de la última proclama y un señor, con voz de locutor: “Colombianos, habéis presenciado…”, rememorándolo. Y los viejitos se reían y hablaban de Bolívar. ¿Por qué se reían? El poeta termina descifrando la incógnita. Al final dijo uno de los viejitos: “Mira, lo que dicen éstos, dicen que era alto, dicen que era fuerte, dicen que hablaba grueso. No. Era chiquitico, era flaquito, tenía la voz chillona y fastidiosa”. Y dice uno al final: “¡Carajo!, pero se nos metió en el alma y nos hizo libertadores”. Este relato fue compilado por Orlando Oramas León y Jorge Legañoa Alonso en el libro: “cuentos del arañero”.
Animales fieles compañeros del Libertador
Su fiel compañero fue Palomo, el caballo que acompañó al Libertador por 10 años hasta que muere en el Valle del Cauca, hasta ahora no se conoce un caballo criollo en la historia que haya llegado tan lejos. Pastor es otro de los caballos de Bolívar, después de unos años él se lo regalo al General Santa Cruz héroe Boliviano de la Independencia, se dice que el caballo murió tan solo un mes después.
Otro animal que acompañó a Bolívar en sus muchas batalles fue un perro de raza Mucuchíes llamado Nevado. El primer encuentro entre Bolívar y Nevado dejó impresionado al Libertador la valentía del animal para confrontar a sus hombres armados con fusiles y lanzas, pues estando en los Andes venezolanos durante la Campaña Admirable (1813), el perro enfrentó a la tropa de Bolívar cuando estos pretendían ingresar a la Hacienda Moconoque (cerca del pueblo de Mucuchíes), en busca de resguardo y alimentos.
Entonces, el Libertador le preguntó al dueño de la hacienda, don Vicente Pino, sobre la posibilidad de conseguir un cachorro y éste le obsequió a Nevado. El cuidador y entrenador del perro fue el indio Tinjacá, al que los demás oficiales del Libertador apodaron como «El edecán de Nevado».
Nevado murió en combate, durante la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, cuando se abalanzaba sobre los caballos de los españoles y una lanza atravesó su robusto cuerpo.
Exhumación de los restos de Bolívar
168 años después, José Antonio Páez comisionó a José María Vargas, primer mandatario civil de la nación en 1835, para que presidiera la comisión encargada de exhumar de la Catedral de Santa Marta en Colombia, los restos mortales de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y conducirlos a la Patria, misión cumplida en diciembre de 1842 al dejar reposar a Bolívar en el mausoleo de la familia, ubicado en la Catedral de Caracas.
Posteriormente, durante la presidencia de Antonio Guzmán Blanco, en 1874, se trasladó al Libertador a la iglesia de la Santísima Trinidad. Para ese momento, por decreto presidencial el templo cambió de denominación a Panteón Nacional.
Pero la solicitud de Andrés Eloy Blanco, se hizo realidad durante la Revolución Bolivariana bajo el mandato del Comandante Chávez.
De conformidad con el artículo 217 del Código Orgánico Procesal Penal, el MP solicitó la exhumación del cadáver de Bolívar, la cual fue acordada por el Tribunal 19° de Control de Caracas, instancia que ordenó la práctica del acto judicial el 15 de julio de 2010, a las 7:30 am.
Ese día, luego de los honores al Padre de la Patria, se dio inicio en el Panteón Nacional al acto de exhumación, que duró 24 horas 15 minutos por tratarse de un proceso muy riguroso, en el que participaron expertos forenses y criminalistas, técnicos en radiología, adscritos a varias instituciones del Estado.
Tras abrir el sarcófago, en su interior se encontró una bandera nacional y la urna de plomo soldada. Además, se consiguieron dos cajas de plomo soldadas a la urna, que contenían restos provenientes del cuerpo, la vestimenta, calzado del Libertador y un sobre de plomo con un acta elaborada por la comisión encargada del traslado desde Santa Marta de los restos del Libertador, firmada por Vargas y sus miembros. Se hicieron diversos análisis, se tomaron muestras que permitieron revelar el verdadero rostro y que dejan a posteriores generaciones registros para su estudio.
Misterio detrás de su muerte
Muchos se preguntan si no fue envenenado, la hipótesis formal sobre el asesinato de Bolívar, la planteó el conocido investigador, historiador y miembro de la Organización Simón Bolívar el Hombre Jorge Mier Hoffman, es necesario ahondar en la investigación sobre qué pasó con la muerte del Libertador.
(LaIguana.TV)