diario1301162.jpg

El pasado martes, el dirigente de la ultraderecha en Venezuela, Leopoldo López, publicó en su blog lo que sería el inicio de un diario, cuyo primer capítulo estaría centrado en los sucesos del día de su entrega a la justicia venezolana, el mes de febrero de 2014, luego de liderar una de las tristes páginas de terrorismo y violencia en Venezuela.

 

Con una clara tendencia a la narrativa, el diario de Leopoldo se centra en la tensión que familiares pasaron al tener que dar la cara por las acciones cometidas en su proyecto de «La Salida» (mientras que él estuvo en la clandestinidad), guarimbas que dejaron más de 43 muertos en las violentas protestas de 2014.

 

“Mi familia, en medio de muchísima tensión, ya albergaba el temor de que a mí me pudiera pasar algo y le había pedido a Carlos (Vecchio) que por favor me tratara de convencer para que pensara bien la opción de salir del país.”, reza en parte el primer capítulo de su diario.

 

Aprovecha el dirigente de descargar en la figura del expresidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el artífice y motor de una estrategia militar que buscaría desaparecerlo en el exilio.

 

“Ante la negativa de la salida del país, Cabello propuso una segunda opción: que yo pidiera asilo y me encerrara en alguna embajada, aclarando que era algo en lo que él también estaba dispuesto a «ayudar» haciendo las gestiones necesarias”, precisa el dirigente del partido, Voluntad Popular.

 

En el diario que recién inicia, López con miras a sostener sobre sí la mirada del mundo entero con un texto inyectado por pluma que parece no ser la suya, tiene además en el relato tiempo para el vuelo poético y la crónica.

 

El clímax de este primer capítulo llega en las líneas cuando relata cómo Diosdado Cabello luego de ver derrotadas sus propuestas para que asumiera el exilio, se “inventa” el diputado el “más cobarde” de los planteamientos: «la ultraderecha te quiere matar es mejor que te entregues a resguardo y sin público».

 

“La derecha fascista lo quiere matar y los colectivos también, y es muy difícil controlar a estos últimos”, es lo que diría Diosdado a Lilina Tintori (según el relato ficcional) esposa de Leopoldo, quien ahora funge como su activista suplente.

 

Aunque Tintori ha reconocido en varias entrevistas la protección que el Estado venezolano ofreció a Leopoldo, declaraciones que luego desmintió de sí misma, hoy Leopoldo López saca a la luz el primer capítulo propio de cualquier culebrón que parece haber sido escrito por algunos de sus asesores escritores que todos bien ya conocen.

 

Ante tal manejo del suspenso y la intriga, saque usted sus propias conclusiones.

 

(LaIguana.TV)