El llamado por el Gobierno a sembrar y cosechar frutas u hortalizas en zonas urbanas del país, ha generado en las últimas semanas, diversas matrices de opinión, sobre todo por aquellos sectores que catalogan la agricultura urbana como un acto indignante y un retraso social.
La realidad fuera de nuestras fronteras es otra, ya que en nueve países de América Latina esta experiencia es sinónimo de soluciones alimenticias, empleo y hasta ingresos para sus habitantes.
En ciudad de México, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina, Antigua y Barbuda el resultado de la también llamada “peri urbana” ha fortalecido la seguridad alimentaria de las familias, sobre todo en tiempos de escasez de alimentos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Aprovechar los balcones, paredes, techos de casas, edificios y calles públicas para sembrar frutas, verduras, plantas aromáticas, medicinales y ornamentales ha proporcionado beneficios a más de 800 millones de citadinos en América del Sur, Venezuela está a tiempo de experimentar lo que para el mundo es una costumbre y para nosotros aun es un tabú.
En conclusión si la familia cultiva en su hábitat comerá más sano porque los frutos carecerán libres de pesticidas y conservantes, ahorrará dinero, nunca le faltará comida en el hogar, permitirá un ahorro energético mundial y será más consciente al momento de tirar los alimentos.
(LaIguana.TV)