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Barbarazo: Con Carmona o con Ramos Allup la derecha siempre pretende “acabar con tó”.- Sea con un Carmona juramentándose a sí mismo o con una mayoría parlamentaria electa por el pueblo, la derecha siempre actúa de la misma forma: pretende acabar “con tó”, al estilo Barbarazo.

 

Aquel 12 de abril, borrachos de un éxito tinto de sangre, demolieron toda la estructura constitucional que Venezuela había construido mediante uno de los procesos constituyentes más participativos de todos cuantos se hayan hecho en la historia de la democracia en este planeta. A punta de “considerandos”, liquidaron los cinco poderes públicos, mientras el naciente (más bien, renacido) aparato represivo se lanzaba a las calles con la determinación de arrancar al chavismo de raíz.

 

No les duró nada su funesta alegría. El pueblo pobre y una parte sustancial de la Fuerza Armada no se la calaron.

 

Ahora, luego del inobjetable triunfo electoral del 6D, la oposición ha vuelto con el mismo estilo carmoníaco. Desde el bastión de la Asamblea Nacional pretende barrer con todos los demás poderes. Sólo les falta traer de secretario al tipo que leía los “considerandos”, ése que luego se mojó los pantalones creyendo (cada quien juzga por su propia condición) que los militares bolivarianos lo iban a fusilar allí mismo en Miraflores.

 

El proyecto de Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional es una prueba clara de que la contrarrevolución, igual que en abril de 2002, pretende comerse hasta el queso que hay en la mesa. El borrador es una completa vergüenza, un caso neto de autoamnistía, como los que aprobaron los gobiernos dictatoriales del Cono Sur antes de irse. Empleando el poder que el electorado les otorgó, quieren perdonarse a sí mismos no sólo los delitos cometidos en medio de actos insurreccionales (lo que ya es bastante polémico), sino también toda clase de fechorías contra el patrimonio público, así como las más viles estafas cometidas contra particulares.

 

Pero la mejor demostración de que la derecha planea utilizar su recién adquirido poder (legítimo, nadie lo duda) para derrocar al gobierno constitucional y borrar del mapa al chavismo como movimiento político y social, es que el jurisperito Ramos Allup haya lanzado la desmelenada tesis de que es posible destituir al presidente Maduro por abandono del poder.

 

De manera cínica, el veterano adeco admite que no hay razones reales para procesar al jefe del Estado por esa causal, pero señala que podrían utilizarla porque –según él- es la única vía que permite a la Asamblea Nacional sacar al Presidente sin que la decisión luego pueda ser anulada por el Tribunal Supremo de Justicia. Es, ramplonamente, un golpe de Estado al estilo paraguayo que la derecha, siempre carmoníaca, tiene entre sus opciones, a la espera de instrucciones del Norte. ¡Qué barbarazos!

 

(Clodovaldo Hernández / [email protected])