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Solo bastan 60 segundos en una llamada telefónica para conocer la sentencia de muerte:  “Me pagas toda la plata  que te estoy pidiendo,  o te mato primero a ti y luego a toda tu familia, uno por uno”, le dicen a su víctima al otro lado del celular.  Siembran terror, aunque no han mostrado un arma de fuego. La amenaza es suficiente para provocar miedo.

 

Mientras el secuestro está casi extinto, el delito de extorsión se mantiene en constante auge en el estado Zulia con una nueva modalidad llamada el 1×6, advierte el Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes) en el estado.  En promedio, a diario,  acuden 14 víctimas a la sede de ese organismo militar,  a denunciar este flagelo.  A  la cifra se le suma otra cantidad incalculable de personas que son blanco del delito y callan.

 

El cálculo forma parte de las estadísticas del organismo adscrito a la Guardia Nacional Bolivariana. Su titular, el teniente coronel Carlos Odilio Manjarrés asegura  que “la extorsión desplazó al secuestro”. 

 

El comandante del Gaes-Zulia explicó a PANORAMA  que el proceso del pago de la extorsión “es más sencillo y rápido. También es menos riesgoso para el criminal pedir la recompensa  en comparación al secuestro”.

Las bandas criminales materializan extorsiones  a gran escala vía telefónica a través del conocido, por las autoridades, como el  “Uno por seis (1×6). “Es el modus  operandi más usado por las bandas, y  luego le sigue el cobro de  rescate por un vehículo robado”, dice.

 

En el “1×6”, el delincuente tiene  a una víctima inicial, que es la primera persona a quien llama, semanas  antes de extorsionarla, y le pide sus datos personales, haciéndose pasar por un funcionario público.

 

“ En esas llamadas previas,  los criminales se presentan como empleados de bancos, de organismos públicos (…)  hacen creer a la víctima que fue acreedora de una casa, carro o otro bien y hacen entender que la información requerida es  necesaria y urgente”.

 

En el falso cuestionario, el delincuente pide datos del núcleo familiar, propiedades, dirección de residencia, fuentes de ingresos y sitios de trabajo.

 

“Una vez que la víctima, en su inocencia, aporta todos los datos, el victimario le solicita más datos:   tres referencias personales y tres referencias comerciales”, detalla el comandante.

 

“De esta forma, el extorsionador obtuvo la información necesaria para poder  amedrentar  a seis personas más (…) con ellos repiten el mismo procedimiento, por eso es que se convierte en una extorsión masiva: uno por seis”.

 

 El teniente del Gaes advierte: “La ciudadanía no debe subestimar la inteligencia de la delincuencia. Los grupos hamponiles que están detrás de la extorsión estudian los lados vulnerables de sus víctimas para atacar”.

 

Aseguró que, según las primeras investigaciones realizadas por los funcionarios,  hay una banda de extorsionadores que opera desde Ciudad Bolívar para todo el país.

 

Los victimarios hacen los cobros de las amenazas a través de depósitos bancarios, transferencias o compras de productos por internet.

 

“Piden que les compres un televisor y se lo envíes a una dirección (…) abren cuentas bancarias con cédulas falsas o  a nombre de terceras personas, lo que dificulta la investigación”.

 

Solo en los dos primeros meses del año, el Gaes ha capturado a 44 extorsionadores en el Zulia y desmantelado a ocho bandas dedicadas a este delito.

 

Para acabar con este flagelo, el jefe del organismo militar  asegura que es importante la denuncia y no responder a la extorsión”.

 

“El pago es la etapa previa al secuestro. Si cancelas  una vez, te cobrarán después porque les darás a entender a los delincuentes que tienes la capacidad financiera para responder ante sus peticiones”, finaliza el comandante militar.

 

(Panorama)