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Las consecuencias y pérdidas producto del incendio iniciado hace 41 días en la Sierra de Perijá son incalculables, y pese a los esfuerzos realizados por sofocar el fuego aún persisten los focos de incendio. Durante un recorrido realizado en tres comunidades de las de 18 afectadas, se evidenció parte de las pérdidas y de quiénes son los más afectados.

 

“Tenemos mucha tos y gripe, no jugamos como antes, porque el humo nos da mucha tos. Queremos que todo vuelva a la normalidad, que no tengamos que respirar tanto humo”, manifestó Emili Torres, de 12 años, quien además dice que ella y sus cinco hermanos sufrengripe desde que comenzó el incendio.

 

Yenmari Osorio, de 11  años y estudiante de 6to grado en la escuela de la Misión el Tukuko, dijo: “el humo nos quita las ganas de jugar, si estamos en nuestra casa o en la escuela es igual, regresamos a clases a pesar de estar enfermos”.

 

En la escuela ubicada en la Iglesia de los Ángeles Custodios, construida en 1955, reciben clases 786 niños desde preescolar hasta bachillerato. La semana pasada fueron suspendidas las actividades educativas a consecuencia del humo, tras una decisión tomada por los docentes y los representantes, pero ayer lunes fueron restituidas, explicó Rosalba Castillo, subdirectora del plantel.

 

“Hemos tenido muchas inasistencias en el área Preescolar, los niños más pequeños son los más vulnerables ante las enfermedades respiratorias, decidimos retomar las actividades aunque en las casas y en las escuelas hay humo”, agregó Castillo.

 

Según la maestra, desde este fin de semana se ha intensificado el humo: “parece una capa de neblina, ha sido muy lamentable lo que está pasando, todos los pobladores debemos tomar conciencia para evitar la quema”.

 

En el ambulatorio I del Tukuko, de 50 a 60 personas son atendidas en su mayoría por problemas respiratorios, entre ellos niños desde los 0 a los 9 años y adultos mayores, que son los más vulnerables, producto de la inhalación del  humo.

 

Las afecciones más comunes, de acuerdo con las declaraciones de Juvenal Muegues, director del centro asistencial, son insuficiencias respiratorias, asma, bronquitis, neumonías, además de otras como diarrea y vómito a consecuencia de la falta de agua potable, pues los pobladores consumen el agua del manantial. Otros casos comunes que se atienden en el sitio son los partos diarios de hasta tres mujeres.

 

Este fin de semana el Gobierno regional dotó al centro asistencial con medicamentos e insumos, pero no se les entregó soluciones fisiológicas y medicamentos para nebulizar a los pacientes, indicó.

 

Incendio sin precedentes

 

Según el general Edgar Silva, comandante del Cuerpo de Bomberos de Machiques de Perijá, no se ha activado un eficaz plan de combate de extinción donde estén integrado todos los cuerpos, como Protección Civil, Guardia Nacional Bolivariana, Bomberos, 171 y Guardias Forestales. “Desde mi punto de vista, hemos estado excluidos, el cuerpo de bomberos de Machiques en otras ocasionesha sofocado  el fuego en otros incendios en la Sierra de Perijá”, apuntó.

 

“Es una situación grave, ya se está propagando  el fuego hacia otras zonas, va desde el norte al sur, así como se apaga en un lugar se ven otros focos, este incendio no tiene precedentes, ha sido el peor a consecuencia de  la sequía, ya que hubo uno en el 2001, pero fue controlado satisfactoriamente”, detalló.

 

Por su parte, el alcalde del municipio Machiques de Perijá, Alfonso Márquez, desde la orilla del ríoTocoyón, manifestó: “este es un desastres ecológico sin precedente en la Sierra,  luego de apagarse el fuego seguirá el problema, por la quema de conucos producto del incendio, los indígenas han perdido sus cosechas, ganados, y una vez controlado el fuego deben esperar un año para recuperar la cosecha. El  incendio no está controlado, en la cuenca del Tukuko hay tres focos, no tenemos apoyo aéreo porque el helicóptero enviado por el Gobierno regional presentó un desperfecto, sugiero que se organicen  cuadrillas voluminosas con voluntarios como parte de un plan de contingencia”.

 

Dijo estar dispuesto a trabajar de manera conjunta, pues lo que se necesita es unificar esfuerzos por el bienestar de estos pobladores. “Entre las ocho comunidades más afectadas, Zazapa, Yurumutu, Pochoshomo, Kunana Kusshpa, Kanowapa, Santa Elena, Ipika y Tera Kibu, hay más de 8 mil habitantes, estos poblados están ubicados a más de 2.500 metros de altura, hacia el sur de la Sierra de Perijá”, precisó.

 

La semana pasada, un bebé de 11 meses, de nombre Diego Valbuena, murió por una neumonía desarrollada tras la inhalación de humo durante una semana, notificó ayer el fraile Nelson Sandoval, misionero capuchino de la iglesia Corazón de Jesús en el Tukuko.

 

(Noticia al Día)

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