“El vivo, efectivo y pleno ejercicio del poder popular protagónico es insustituible condición de posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI…” 

 

Comandante Supremo Hugo Chávez 

 

La lucha por el poder político en Venezuela se agudiza. Los enemigos de la Patria han pasado a la ofensiva. Pretenden confiscarnos los sueños. Atacan  la esperanza. Siembran la duda generalizada sobre la honestidad de los militantes bolivarianos. Cosechan la división y el descrédito que paraliza a nuestro pueblo. Procuran desmoralizarnos para asestar el zarpazo contra el Gobierno Bolivariano.  

 

Su objetivo es entregar el país a las transnacionales, erradicar las conquistas populares, arrebatarnos las Misiones y demás derechos alcanzados. Desean retornar al pasado neoliberal a cualquier precio. La utilización de la violencia política no está descartada, la propuesta de amnistía criminal lo anuncia, se aproxima el fascismo. 

 

Venezuela sufre una despiadada operación psicológica diseñada por el imperialismo estadounidense en contubernio con la derecha venezolana. Sobre la grave situación económica del país se articula la principal operación que carcome el imaginario colectivo, canibaliza la vida, socava la solidaridad, arrincona al amor, atomiza a la sociedad y deteriora la calidad de vida alcanzada con la Revolución Bolivariana. 

 

Esto genera un mayor impacto negativo en la cotidianidad de nuestro pueblo porque, aunado al modelo rentista petrolero aún no superado, afrontamos una grave crisis ética y política en el seno de nuestras fuerzas que erosiona su potencial transformador.  

 

La innegable derrota política sufrida en las elecciones pasadas marca una nueva etapa para la Revolución Bolivariana. La derrota no es imputable al pueblo ni mucho menos al Plan de la Patria. El 6 de diciembre se condenó una vieja cultura política encarnada por nuevas cúpulas. Dicho acontecimiento revela ya un peligroso signo en las correlaciones de fuerzas y clases sociales que puede conllevar a una derrota política de mayor envergadura. Reconocerlo es el primer paso para la revisión, rectificación y el reimpulso del cual depende la continuidad del proyecto.  

 

Hay que decirlo sin tapujos. La nueva etapa no es sólo el fruto del desabastecimiento planificado, la inflación inducida y las colas provocadas. Es también el resultado de la soberbia, la ineficiencia, la corrupción y el burocratismo enquistado en las instituciones del Estado. Esto ha desgastado inevitablemente el apoyo popular a la Revolución porque olvida elementos centrales del legado del Comandante Hugo Chávez. Esa es la denuncia popular que se expresa como un clamor en las calles de Venezuela. 

 

El momento reclama una nueva manera de hacer política donde se reconozca la diversidad del chavismo, el disenso como parte del quehacer revolucionario y la propuesta crítica como poderosa arma transformadora. La situación requiere un novedoso ejercicio de gobierno donde realmente prive la democracia participativa y el protagonismo colectivo. Chávez somos todos.  

 

Se debe reconocer al Poder Popular y abrir espacios reales para incluirlo en la toma de decisiones sobre la orientación del país. Esta es la única garantía para avanzar a la sociedad comunal concebida en el Plan de la Patria, razón por la cual construir, junto al Presidente Nicolás Maduro una dirección colectiva de la Revolución, es una tarea inaplazable. 

 

Nuestra opción es con los “pobres de la tierra” como diría Martí, con los humildes, con los que hacen colas, con los sin rostro que han preservado con su sacrificio la transición socialista. Defendemos al Gobierno Bolivariano porque con ello defendemos nuestras aspiraciones de justicia social, dignidad y soberanía patria. 

 

Entendemos, con la entereza que nos enseñó Chávez el 4 de Febrero, que “por ahora” no hemos logrado todos los objetivos trazados. Pero, a pesar de nuestros errores, asumimos que el mañana se defiende hoy. Jamás negociaremos nuestro futuro. Nuestra dignidad es inquebrantable y por ende, no habrá pacto ni conciliación.  

 

No nos vamos del país, nos quedamos porque amamos a esta tierra sagrada. No traicionaremos nunca a los mártires, a aquellos que como Chávez se inmolaron por un futuro mejor. Defenderemos la independencia y el camino al socialismo porque volver al pasado no es una opción.  

 

Llamamos a tod@s l@s chavistas a juntarnos, invitamos a hablar menos y hacer más, exhortamos a que construyamos colectivamente la victoria patria. En este momento de definiciones convocamos a los millones de hombres y mujeres honestas, a los que somos más, a los excluidos por las cúpulas de cualquier signo, a los que viven los dolores de nuestro pueblo y hacen suyas sus aspiraciones.  

 

Convocamos a seguir juntos, a hermanar más aún nuestros esfuerzos, a seguir soñando. Convocamos al Chavismo en Rebelión a cerrar filas, al pueblo constituyente, a aquellos que insurgen contra las élites, a aquel militante que no se cansa, a los que no nos rendimos, al que no espera cargo o recompensa, al que milita de forma desinteresada, a los que no comulgan ni con corruptos ni con la burguesía, a los que nos duele el sacrificio de Chávez, a los que amamos a la Patria.  

 

Desde el barrio y el campo, la universidad y el trabajo, vamos a la Asamblea Nacional del Chavismo en Rebelión a debatir, a encontrarnos, a salvar la Patria, a rescatar nuestro futuro, a salvar nuestras vidas. Vamos a la Asamblea del 17 de marzo a trazar una nueva Campaña Admirable, construyamos una nueva victoria como en la Batalla de Carabobo, edifiquemos un nuevo 13 de abril donde la rebelión popular salve nuevamente el destino de la Patria.  

 

Resuenan en nuestras conciencias las palabras del Libertador “Vacilar es Perdernos. Pongamos sin temor la Piedra Fundamental de la Libertad Suramericana”.  

 

ASAMBLEA NACIONAL DEL CHAVISMO EN REBELIÓN.
Jueves 17 de marzo. 1pm.
Auditorio del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Esquina del Chorro.
Caracas.

 

¡POR LA UNIDAD DEL CHAVISMO!

 

¡POR LA DEFENSA Y PROFUNDIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA!

 

cuadro-izqyui.jpg

(Nota de Prensa)