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De “vergonzoso” calificó este sábado el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para frenar el arribo de migrantes en el llamado Viejo Continente.

 

Dicho acuerdo, que generó críticas a nivel internacional por parte de diversas organizaciones, señala que los que lleguen a las costas de Grecia a partir del próximo domingo, incluidos los que huyen de la guerra en Siria, serán devueltos a Turquía.

 

A cambio, el grupo de los 28 entregará a Ankara una suma de 3.000 millones de euros (3.300 millones de dólares) y la promesa de dinamizar su proceso de adhesión a la comunidad, iniciado en 2005.

 

Con este pacto, la UE pretende poner fin a la crisis migratoria iniciada el año pasado, cuando más de un millón de personas entraron al área europea y más de 800.000 lo hicieron a través de la ruta Grecia-Turquía.

 

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados alertó que la medida podría implicar devoluciones colectivas, lo que constituye una violación de la Convención Europea de Derechos Humanos.

 

Otras entidades recordaron que la mayor parte de los migrantes procede de países castigados por la guerra como Siria, Irak y Afganistán, quienes según las normativas internacionales tienen derecho a demandar asilo en cualquier Estado considerado seguro.

 

Frente a los cuestionamientos, la UE alegó que se dará un trato personalizado a cada migrante, no habrá devoluciones masivas, y se tomarán las medidas para garantizar sus derechos. No obstante, dentro de la propia organización existen reticencias respecto a la viabilidad de cumplir esas condiciones.

 

Desde Naciones Unidas, el relator especial para los derechos humanos de los migrantes, Francois Crepeau, demandó al denominado viejo continente un trato digno a los miles de indocumentados.

 

“Europa no puede trasladar sus responsabilidades en materia de derechos humanos a Turquía” sostuvo, y agregó que el bloque regional intenta convertir a la nación euroasiática en una especie de “portero”.

 

Un acápite del arreglo indica que por cada sirio devuelto de Atenas a Ankara, la UE acogerá a una persona de esa nacionalidad que se encuentre como refugiado en Turquía, aunque solo hasta llegar a un tope de 72.000.

 

Tal promesa despierta dudas y reticencias, pues el grupo de los 28 se comprometió hace varios meses a distribuir en los Estados integrantes a 160.000 demandantes de asilo, pero solo han reubicado 937 foráneos.

 

Como recompensa por acoger a los indocumentados, la UE prometió dinamizar las conversaciones sobre el ingreso de Turquía, un punto que tampoco ha estado exento de cuestionamientos.

 

(andes.info.ec)