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Los últimos sondeos a nivel nacional en EE.UU. mostraron una fuerte caída de popularidad del candidato en su carrera por la presidencia del país.

 

Según un estudio realizado por «Real Clear Politics», el 63% de los encuestados evaluaron de manera negativa al magnate, y sólo un 30% lo respaldó positivamente.

 

Además, los expertos de este análisis aseguraron que Trump tendría las mismas cifras que tuvo el candidato George Bush cuando se enfrentó al actual Presidente Barack Obama en la misma circunstancia.

 

Todo esto, debido a las recientes declaraciones del candidato en contra de las mujeres y el aborto, los derechos de los inmigrantes y las minorías.

 

Este miércoles en el transcurso de pocas horas, Donald Trump hizo lo que no ha hecho a lo largo de la campaña y tuvo que retractarse de una polémica declaración sobre el aborto que tuvo la extraña virtud de unir a ambos lados del debate, generalmente irreconciliables.

 

El precandidato-empresario aseguró este miércoles en una entrevista con la cadena MSNBC que las mujeres que se realicen un aborto deberían ser castigadas si se prohibiera el procedimiento.

«Tiene que haber algún tipo de castigo», dijo. Al ser consultado si se refería a un castigo para la mujer que se someta al procedimiento en forma no autorizada, Trump respondió: «Sí, tiene que haberlo», sin abundar en cuál debería ser.

 

Inmediatamente el magnate se vio en medio de un vendaval de cuestionamientos provenientes desde los candidatos a la nominación presidencial- republicanos y demócratas- hasta grupos provida, aquellos que promueven la ilegalización del aborto, y defensores del derecho al aborto.

 

Y en medio de la tormenta, Trump tuvo que corregir no una sino dos veces, algo que nunca había hecho por ninguna de sus numerosas declaraciones por polémicas u ofensivas que pudieran resultar a algunos.

 

Como Ronald Reagan

 

Los grupos contrarios al aborto dejaron claro que nunca han procurado que existan castigos para mujeres que se someten al procedimiento, que es legal en EE.UU.

 

Al otro lado de la acera del debate, los que favorecen el derecho de las mujeres a decidir sobre su embarazo, presentaron las palabras del republicano como una muestra más de lo que llaman la «guerra contra la mujer» que realizan los sectores conservadores.

 

La aspirante presidencial demócrata Hillary Clinton calificó los comentarios de Trump de «despreciables», mientras que su rival Bernie Sanders no sólo fustigó al republicano sino la tendencia de los medios de «engancharse» con cada «comentario absurdo» que hace.

 

Posteriormente, Trump publicó un comunicado en su página web en el que rectificó, precisando que es el doctor y no la mujer quien debería ser penado.

 

“Si el Congreso aprobara una legislación que ilegalice el aborto y las cortes federales respaldan esa legislación, o cualquier estado pudiera prohibir el aborto bajo las leyes estatales y federales, el doctor u otra persona que realice este acto ilegal con un mujer debe ser legalmente responsable. No la mujer”.

 

«La mujer es una víctima en este caso al igual que la vida en su útero. Mi posición no ha cambiado, como (el expresidente) Ronald Reagan, soy pro-vida con excepciones», cierra el breve comunicado.

 

El aborto es legal en Estados Unidos desde la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de 1973 conocida como Roe vs. Wade.

 

Pero la Corte Suprema estableció un plazo de tres meses dentro de los cual está permitido el procedimiento, a partir del cual los estados pueden establecer restricciones o incluso prohibirlo.

 

Viejo problema femenino

 

Con todo y esta aclaratoria, los comentarios de Trump exacerban las dudas que muchos conservadores dentro del partido Republicano sobre las credenciales “pro-vida” del magnate, quien en el pasado ha dicho ser favorable a la libertad de las mujeres de decidir sobre sus embarazos y la forma de terminarlo si lo considerara necesario.

 

Desde el principio de la campaña por la nominación, sus rivales han rescatado una vieja entrevista de 1999 en la que Trump se define como “muy pro-choice” (término acuñado por quienes defienden el derecho al aborto).

 

Esa sugerencia de castigar a las mujeres que aborten (ahora corregida por Trump) es un punto más en la lista de quienes consideran que el aspirante republicano tiene problemas con las mujeres” y lo acusan de misógino.

La semana pasada una encuesta de la cadena de noticias CNN mostraba que un 74% de las mujeres de los Estados Unidos tienen una visión desfavorable del empresario.

 

El estudio se produjo en medio de la “guerra de las esposas” desatada entre Trump y Ted Cruz a raíz de la publicación de una vieja foto de Melania Trumpdesnuda que motivo comentarios del empresario sobre la apariencia de Heidi, la esposa del senador por Texas.

 

(Agencias)