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Cuando un hombre no puede admitir que algo malo pasa, no es raro, es lo más natural que puede suceder. Cuando por fin lo acepta puede sorprender a más de uno. La figura masculina se ha cruzado con muchos estereotipos durante años y hoy, con una apertura mayor en los temas de género y de sexualidad, los clichés se están rompiendo. Hay quienes se están adaptando de manera rápida y fácil, pero hay otros que se convierten en esclavos del pasado, que no entienden las nuevas libertades y eso los condena a repetir patrones del pasado, entre ellos muchas inseguridades difíciles de entender.

 

Los hombres no lloran, no se quejan, mantienen a su familia, soportan todo, siempre pagan y un sinfín de etcéteras. Incluso actitudes machistas buscan ser defendidas por medio de la tradición y aunque el camino es largo, hay quienes comienzan a dejar atrás esas cuestiones. Tal vez se debe comenzar poco a poco y al mostrar las inseguridades que muchos hombres tienen, puede que las cosas cambien y tomen un camino mucho más digno y equitativo.

Ego

 

No es malo tener seguridad en uno mismo, pero siempre se ha recomendado la humildad. A muchos hombres no se les dice que deben ser mejores, se les exige la perfección y la excelencia, por lo que muchas veces llegan a chocar con paredes imposibles de romper al ver a otras personas que logran lo que ellos y muchas otras cosas cuando en su realidad eso debería ser imposible. Se trata de intentar ser el mejor, pero también de ser empáticos, de entender que no somos los únicos en el mundo y que siempre habrá alguien mejor que nosotros en lugar de verlo como algo hiriente. Ese debería ser un reto a superar.

Dinero

 

Generaciones de hombres tuvieron que hacerse cargo de familias gigantescas siendo ellos el único soporte. Hoy las cosas son distintas, pero lamentablemente hay quienes crecen pensando que eso aún se debe hacer. En primer lugar, la economía está peor que nunca, por lo que es una pésima idea intentar ser el único sustento. En segundo, las mujeres son capaces de lograr lo mismo, por lo que compartir con tu pareja los gastos no debe ser un problema hoy. No es malo, no se hace por necesidad ni por orgullo, simplemente es como las cosas funcionan.

Intelecto

 

Al igual que el ego, el intelecto es engañoso, pues hay quienes pueden pasar horas estudiando e intentando aprender, mientras que hay algunos que parece que estudian 10 minutos antes de un examen y dominan el tema como si se tratara de algo con lo que han crecido toda la vida. Siempre hay hambre de más y es bueno, pero no hay que mortificarse por no lograr aprender y hacer todo lo que es posible en el mundo, pues aunque dicen que las posibilidades son infinitas, no podemos tenerlas todas.

Trascendencia

 

Hombres y mujeres queremos dejar un legado en el mundo y muchas veces la preocupación por eso evita que vivamos en el presente. Después de la muerte no sabemos qué nos espera, pero obsesionarnos con la forma en que seremos recordados implica dejar de existir en el presente, vivir para algo que no disfrutaremos en lugar de simplemente apreciar lo que tenemos y lo que vivimos.

Hijos

 

Para muchos esto es lo que marca la trascendencia. Hay quienes esperan que sus hijos sean exactamente lo que ellos quieren, que se conviertan en una copia mejorada de lo que fueron y que actúen como ellos lo esperan. Si algo de eso no sucede, sienten que han fallado. Hay quienes apelan al instinto y creen que deben tener todos los hijos posibles para así demostrar que pueden. Tener hijos debe ser con el propósito de criar personas autónomas, no para resolver problemas de identidad y narcisismo.

Parejas sexuales

 

Para algunos es muy importante tener un numero alto de parejas sexuales, tal como si se tratara de un trofeo. Acostarse con alguien no debe implicar subirse el ego, se trata de algo que dos personas hacen porque lo desean. Nada más triste que tener sexo con alguien sólo por arrogancia o incluso antes de terminar pensar qué número representa en una patética “lista”.

Edad en la que perdieron la virginidad

 

Después de hacerlo a pocos les importa, pero durante la adolescencia (algunos después y otros incluso antes) éste es un tema crucial que puede dejar secuelas psicológicas. Hay quienes lo toman como una competencia y no se trata de ser el primero en hacerlo, sino de no ser el último. Parece que los ritos de iniciación no han terminado, pues muchos consideran esto como el camino para convertirse en un hombre y eso muchas veces crea relaciones sentimentales caducas, innecesarias y dolorosas.

Tamaño

 

Entre chistes, pláticas curiosas y confesiones, el tema del tamaño del pene muchas veces es mencionado. Hay quienes tratan de evitarlo, otros que mienten e incluso algunos que buscan comenzar esa conversación. El tamaño se discute en sitios de Internet, en películas y hasta libros. A pesar de que la respuesta suele ser: “Sí importa pero no es para tanto”, parece que éste será un tema que siempre consternará a los hombres.

Parece que todo se puede resumir en que los hombres deben ser más conscientes de sí mismos, alejarse de los clichés, ser más empáticos y dejar atrás los complejos sexuales innecesarios. Este tipo de problemas no desaparece de la noche a la mañana, pero es posible que entendiendo lo que nos afecta negativamente, sirva para cambiar y mejorar en el futuro. 

 

(Cultura Colectiva)