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Gloria Gaitán recuerda en su libro Bolívar tuvo un caballo blanco, mi papá un Buick cómo su padre les daba discursos a sus muñecas, sentadas en el suelo de su cuarto, o cómo la invitaba a escuchar música clásica con los ojos cerrados en la sala de la casa. Estas memorias de la vida cotidiana de Gaitán y su familia aún parecen habitar la residencia, situada en el barrio Santa Teresita de Bogotá.

 

La entrada se anuncia con letras muy visibles que indican que la edificación es la Casa Museo Gaitán. Se encuentra dispuesta de manera perpendicular a la calle 42, a dos cuadras de la avenida Caracas. Fue construida en los años 30, y llama la atención por su arquitectura austera y moderna. Temporalmente se encuentra cerrada al público.

El inmueble fue la última morada de Gaitán, y desde su muerte hasta hoy ha sufrido sucesivas modificaciones, por lo cual la historia de la edificación es también la historia de las formas como se ha intentado mantener la memoria del caudillo.

 

Algunos muebles y utensilios que ambientan el lugar, pero no son los originales, se mezclan con otros que Gaitán sí usó en vida: fueron traídos de su despacho en el desaparecido edificio Agustín Nieto (carrera 7.ª con avenida Jiménez), y con algunos que intelectuales como Antonio García Nossa, o la hija del líder, Gloria Gaitán, incorporaron a la casa.

Gaitán adquirió la casa en la década de los 30 para vivir con su madre, Manuela Ayala Beltrán, e hizo que la remodelara el arquitecto Santiago Mora. Se sigue repitiendo la noción de que si hubiese sido elegido presidente en 1950, el dirigente habría continuado viviendo allí mismo.

 

El barrio Santa Teresita fue un proyecto urbanístico planeado por el profesor de la Universidad Nacional Ignacio Liévano Aguirre en 1928. El trazado se elaboró en su firma de arquitectos, cuya razón social era Dávila Holguín & Liévano. El barrio gira en torno a dos avenidas diagonales que se entrecruzan precisamente a una cuadra del hogar de Gaitán.

 

Luego de la muerte del político, y en medio del proceso de convertir el sitio en un espacio que narrara su vida, se trasladó una de las dos puertas que daban acceso al edificio Agustín Nieto, pues fue allí donde cayó Gaitán el 9 de abril de 1948. El pórtico aún conserva la placa que anunciaba la oficina del abogado Gaitán y es un vestigio que rompe abruptamente con la arquitectura austera de la casa.

 

El cuerpo de Gaitán

 

Ocurrido el atentado, el cuerpo de Gaitán fue conducido rápidamente a la Clínica Central, donde falleció y fue sometido a estudios por el criminalista Garavito Baraya. Luego fue enterrado en la propia sala de su casa, hecho que la convirtió en un frío mausoleo.

 

Después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el gobierno de Mariano Ospina Pérez convirtió la casa de la familia Gaitán Jaramillo en Monumento Nacional, por medio del Decreto 1265 del 17 de abril de 1948. Así pasó rápidamente a ser punto de encuentro de los seguidores de Gaitán, aunque su familia ya no habitó más el inmueble. Su hija, Gloria, intentó preservar la memoria de su padre y en parte reconstruir lo que la construcción significó para su familia.

 

Allí permaneció hasta los años 80, cuando el cuerpo de Gaitán fue exhumado de la sala y vuelto a inhumar en un jardín anexo, en el centro del complejo diseñado por Salmona, con lo cual la casa empezó a recuperar su antigua atmósfera familiar.

 

En ese lugar, relatan los guías del museo, el cuerpo yace de pie, bajo un rosal y rodeado de algunos de sus más celebres discursos, grabados en piedra.

 

En el 2005, la residencia y el complejo fueron cedidos por el Ministerio de Educación a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, y esta a su vez dejó la administración de la ahora Casa Museo en manos del Sistema de Patrimonio y Museos (SPM), de la sede Bogotá.

 

En el 2014, con apoyo de las becas del Ministerio de Cultura, el SPM procuró un nuevo horizonte museológico para la casa, en parte buscando dar más protagonismo a la vida cotidiana y a las ideas de Gaitán que a su muerte. Fueron ubicados paneles con ilustraciones que trataban de recrear imaginativamente la vida diaria de Gaitán, de doña Amparo y de Gloria.

 

Los muebles y algunos objetos se ubicaron de una forma más realista, siempre entendiendo que la construcción había sido modificada muchas veces y que esa transformación también debía contarse en el nuevo guion museográfico. A finales del 2014 el SPM se convirtió en la División de Museos.

 

La casa abrirá hoy sus puertas, según Alejandro Burgos, actual jefe de Museos de la Universidad Nacional, para realizar las actividades relativas a la conmemoración del hombre cuyo asesinato partió en dos la historia política del país.

 

(fronteradigital.ve)