De un disparo en el cuello, cayó muerto Rubén Darío Mejía González, de 58 años. Su yerno lo asesinó en el patio de su casa, este martes a las 4:30 de la tarde, porque su expareja Rusmayra Mejía, y su suegra Omayra González presuntamente se negaban a dejarle ver a sus dos hijos.
El hombre entró con el arma en la mano a la vivienda, ubicada en el barrio Surámerica, en San Francisco, y llegó al patio donde estaban la víctima estaba reunida con su familia, entre ellos los dos hijos del homicida.
Afirmó que mataría a su expareja y su suegra «para que sintieran el dolor que estoy viviendo», pero Mejía se levantó de una silla y lo enfrentó.
Parientes detallaron que tras dispararle, el hombre se quedó a presenciar cómo su exsuegro moría. Cuando trataron de auxiliarlo, el homicida comenzó a disparar al aire y al certificar que estaba muerto huyó.
Denunciaron que la semana pasada sostuvo una discusión con Rusmayra por los niños. Estaban separados desde hace más de un año, porque la golpeaba constantemente.
Tras cometer el asesinato, llamó a Rusmayra y la amenazó con lanzar una granada para matarla.
(Panorama)